Vicente Fox prometió gobernar con austeridad y no caer en los excesos de sus antecesores priístas, renunció a vivir en la lujosa residencia Miguel Alemán de Los Pinos, pero sí se mudó junto con su familia a unas cabañas del conjunto presidencial.
Todo fue simulación.
La alternancia en el 2000 se convirtió en un derroche de corrupción, tráfico de influencias y excesos, en el que participó la vocera presidencial y luego esposa de Fox, Marta Sahagún y los hijos de ella: Manuel y Jorge Alberto Bribiesca.
Así empezó el sueño de una nación que se volvió pesadilla.
Fox tenía muy claras las prioridades de su gobierno.
La solución del conflicto en Chiapas seguía pendiente y el aparato de seguridad nacional había sido infiltrado por causa del narco.
Sin embargo, una de las primeras acciones que tomó fue la remodelación de Los Pinos.
En particular de las dos cabañas ubicadas en lo que eran unas caballerizas.
La periodista Anabel Hernández, quien documentó las extravagancias de Fox, atestiguó la transformación de un hombre que cuando llegó al poder, dice, sólo tenía 10 mil pesos en el banco.
Toda la vida que él no había podido darse, pagada por su propio bolsillo, porque era un hombre en ruinas, era un hombre en bancarrota, puesto de esa vida de lujo que seguramente había anhelado durante mucho tiempo se le comenzó a dar gracias al dinero público, siendo Presidente de la República y es así como descubrí, entre muchas otras cosas, las famosas toallas de más de 4 mil pesos’’, afirmó la periodista Anabel Hernández.
La compra del menaje de casa incluyó cuatro juegos de sábanas por 154 mil pesos y unas cortinas electrificadas de 173 mil 800 pesos…
Pero algo no cuadraba.
Lo que se descubrió es que evidentemente no había tal, no había ni siquiera en los almacenes más costosos de nueva york toallas de tal precio, sino que más bien había sido un acto de corrupción, un sobreprecio que se había pagado absolutamente al proveedor’’, considero la periodista Anabel Hernández.
Las obras de remodelación de Los Pinos fueron adjudicadas directamente a la empresa Humberto Artigas y asociados, teniendo un costo de 61.8 millones de pesos.
En las remodeladas cabañas operaban Marta Sahagún y sus hijos, Manuel y Jorge Alberto, que mantenían un bajo perfil, de acuerdo con Lino Korrodi, operador financiero de la organización “Amigos de Fox”.
Marta nunca los traía con ella, entonces obviamente a partir de ese momento o empujados por marta, sus hijos empezaron a aparecer en todos los escenarios de llámale de reuniones, ya después se sabía que empezaban a involucrarse en negocios’’, aseguró Lino Korrodi, responsable de las finanzas de “Amigos de Fox’’.
Marta les enseñó a sacarle provecho a los favores, por los que pedía desde joyas y autos hasta un porcentaje de los contratos que otorgaba el gobierno.
Si el empresario se ganaba un contrato, tenía que pagarle 10, 15, 20% a Marta Sahagún y a sus hijos por el favor, las joyas sólo por entrar, sólo por poderse sentar con la primera dama’’, aseguró la periodista Anabel Hernández
Los hermanos Bribiesca gestionaron contratos para Oceanografía, empresa que antes estuvo a punto de ser embargada por hacienda y de pronto se volvió en la consentida de Pemex.
Su capital pasó de 1.5 millones de pesos a 126 millones y en el periodo 2002-2005, recibió 32 contratos de la empresa paraestatal.
Los Bribiesca se volvieron empresarios todoterreno, incursionaron en el sector inmobiliario, energético y de los supermercados, con la adquisición de la cadena Waldos, a través de terceros.
Pero la ambición de Manuel, el mayor, los llevó, aseguran, a involucrarse con el narcotráfico.
El tenía relaciones con un grupo al que le llamaban Los Güeros, un grupo criminal en Jalisco, que tenía directamente conexiones con el cartel de Sinaloa. los acusaban por ejemplo de tráfico de influencias para conseguir que los carteles pudieran pasar por aduanas químicos para la producción de drogas sintéticas’’, consideró la periodista Anabel Hernández.
El tráfico de influencias de los hijos de Marta Sahagún llegó a la Cámara de Diputados, donde las investigaciones fracasaron, ante la negativa del gobierno de Fox de proporcionar la información requerida.
La opacidad llegó a tal grado que la secretaría de la Función Pública en el sexenio de Felipe calderón desapareció un expediente de 5 tomos sobre el patrimonio de Fox, como lo reveló el periodista Raúl Olmos a Carmen Aristegui.
Por su parte, Raúl Olmos, autor del libro “Fox, negocios a la sombra del poder’’, dijo “Tratamos de obtener el documento y al final se resolvió que el expediente no existía en la secretaría de la función pública’’.
La Auditoría Superior de la Federación reportó que durante el sexenio de Vicente Fox, de 2000 a 2006, se detectaron irregularidades por 184 mil 300 millones de pesos.
Sin embargo, desde su lujoso rancho en Guanajuato, el expresidente negó cualquier acto de corrupción.
Vivo al día, exclamó.
Aquí no hay riqueza ni dinero escondido y cualquiera que le busque no lo va a encontrar, yo vivo prácticamente al día’’, dio el entonces presidente Vicente Fox Quesada.
En tanto, el exdirector del INDEP, Jaime Cárdenas, dijo que “pero habría que ver si esos hermanos Bibriesca, esos hijos de Marta Sahagún, aún hoy en día siguen realizando negocios con los gobiernos, que ha quedado de aquellos negocios que ha quedado de aquella estela de protección.
“Y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande”.