Glifosato: prohibición gradual en México
El gobierno mexicano aprobó recientemente la eliminación gradual, para 2024, del uso del glifosato, un herbicida que, desde la década de 1970 hasta noviembre del 2019, era el más usado en el mundo, y cuyos efectos en la salud humana y animal han sido causa de muchos debates.
El glifosato es producido por distintas marcas, pero la más conocida es el Roundup de Monsanto, fabricado por Bayer. Hay más de 750 productos autorizados para la agricultura, silvicultura, jardinería y aplicación doméstica que contienen glifosato.
En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo consideró un “cancerígeno probable”. Sin embargo, a finales del año pasado un tribunal de San Francisco hizo pagar a Monsanto 289 millones de dólares –el primero de cientos de casos que la multinacional ha afrontado en Estados Unidos– a un hombre que aseguró que el cáncer terminal que padecía era resultado de haber utilizado el químico durante sus años como jardinero.
En nuestro país, en noviembre de 2019 se estableció la suspensión de los permisos para la importación de glifosato, a través de la Estrategia Nacional para evitar los Riesgos al Ambiente de los Plaguicidas en México.
Uso del glifosato
Este herbicida se utiliza para la preparación del campo antes de la siembra, para limpiar el terreno y eliminar las “malas hierbas”, evitando que la maleza compita con los cultivos por el agua, el sol y los nutrientes.
Entre los cultivos en los que se usa, están: una amplia variedad de frutas y hortalizas, plantas ornamentales, áreas acuáticas, plantaciones forestales y al costado de las carreteras para controlar el crecimiento de la vegetación, así como en cultivos transgénicos y organismos genéticamente modificados (GMO), como canola, soya, maíz, algodón, remolacha azucarera y el trigo, entre otras.
Posturas sobre sus efectos
Una revisión epidemiológica de estudios sobre el glifosato de la revista especializada Regulatory Toxicology and Pharmacology Journal, no encontró evidencia de “una relación causal entre ninguna enfermedad y la exposición al glifosato”.
Antes del informe de la FAO y la OMS de 2016, la IARC de la OMS emitió una declaración en marzo de 2015 en la que clasificaba el glifosato como “probablemente carcinógeno para los seres humanos”, donde también mencionaron que hay poca evidencia respecto de la carcinogenicidad del glifosato en seres humanos para el linfoma no Hodgkin.
Por otra parte, organizaciones no gubernamentales difieren de lo anterior, debido a que, al ser un herbicida de uso masivo sus daños potenciales se incrementan. Cuando se usa en la agricultura, el glifosato penetra en la tierra, se filtra en el agua y sus residuos permanecen en los cultivos, por lo que está en los alimentos, en el agua y, por lo tanto, en el cuerpo.
De acuerdo con organizaciones como Greenpeace, los principales grupos de riesgo son quienes se dedican a la agricultura, sus familias, la infancia, los bebés y los fetos. Para el resto de las personas, la alimentación es la principal vía de exposición al glifosato.
Según una publicación de la revista Molecular and Cellular Endocrinology, los científicos presentaron estudios realizados en ratas y corderas, concluyendo que el glifosato reúne los requisitos para ser considerado un disruptor endocrino que afecta la fertilidad de la hembra.
Además de ello, el químico tiene graves efectos en el medio ambiente, pues contamina los suelos y el agua, con lo que afecta a otros seres vivos, como algas, peces, moluscos, ranas, lombrices. Y al reducir la diversidad de especies vegetales, afecta a los insectos esenciales para la agricultura, como los polinizadores, además de que perjudica la microbiota de las abejas, haciéndolas más susceptibles a infecciones por patógenos oportunistas.
¿Qué falta?
De acuerdo con agricultores orgánicos, el gobierno de México ha realizado un gran avance al aprobar su prohibición gradual en la agricultura nacional durante los próximos años, con lo que se ha priorizado el bien común, pues al ser el glifosato el herbicida más vendido del mundo hay muchos intereses particulares de por medio.
Sin embargo, la Sociedad Mexicana de Producción Orgánica (SOMXPRO) planteó la necesidad de que se establezcan medidas para que los consumidores identifiquen los alimentos libres de este herbicida, mediante un distintivo: “de esta manera se garantiza su derecho a elegir una alimentación saludable”.
Investigadores del IPN desarrollan sustituto del glifosato
En este sentido, ya se están desarrollando alternativas más amigables con el ser humano y el medio ambiente, como el que recién crearon los científicos de esta casa de estudios, al patentar una tecnología biológica para inhibir el crecimiento de la mala hierba en diversos cultivos, generando con ello un sustituto potencial del glifosato.