Nacional

Gobierno busca blindar a juventud mexicana ante consumo de fentanilo

El Gobierno de México destacó la ‘Estrategia de Prevención en el Aula’, que busca detectar problemas de adicciones, desde la población estudiantil.

El Gobierno de México trabaja en la prevención del consumo de drogas en aulas educativas, ya que, de acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, se debe evitar que se extienda el problema de la adicción de sustancias psicoactivas a nuestro país.

Como parte de una nueva sección en las Mañaneras, “Prevención social de las adicciones”, el mandatario afirmó que la población debe estar informada sobre las causas por el uso de drogas químicas, como el fentanilo. 

“Nos protegemos, nos blindamos para que nunca tengamos ese grave y lamentable problema de la sobredosis y las muertes del fentanilo, que es una pandemia. Todo esto acompañado de campañas en las escuelas y medios de información”, declaró López Obrador.

Parte de las medidas del Gobierno Federal está la Estrategia de Prevención en el Aula, que contempla acciones estratégicas impulsadas por las Secretarías de Salud (SSa) y de Educación Pública (SEP): sensibilización, orientación y capacitación.

El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, explicó que la estrategia cuenta con un sistema en línea que ofrece ayuda profesional para detectar comportamientos anormales entre las poblaciones estudiantiles. Se puede consultar en: https://estrategiaenelaula.sep.gob.mx

“El sistema educativo es una antena para detectar problemas de adicciones de la manera más temprana entre posible”, aseguró el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.

En Palacio Nacional, destacó que el consumo de drogas se relaciona a la presión de la industria del narcotráfico, así como al entorno social de las comunidades.

“El problema de uso, abuso y adicción a las sustancias psicoactivas o drogas tiene que ver con la pérdida de oportunidades, de espacios de integración social, sobre todo de la juventud. La ruta de la escolaridad, del empleo o de la vida de todos los días en familias o comunidades”, señaló López-Gatell.

En el mundo, durante 2020, 61.3 millones de personas usaron opioides. Más de 68 mil fallecieron en Estados Unidos y 26 en México, de acuerdo con una gráfica que mostró López-Gatell. Al siguiente año, se redujo en nuestro país a 19 fallecimientos por consumo de opioides; mientras en Estados Unidos subió a más de 80 mil.

El subsecretario destacó que como parte de la buena vecindad con Estados Unidos se busca cooperar, ya que en ese país se ha registrado un problema de adicción, producción e importación de fentanilo, desde otras regiones, como Asia.

“El fentanilo no se produce en México, se produce a partir de precursores que no se fabrican en México, se fabrican en otros lugares incluido Estados Unidos. Es un problema importado. La actitud del Gobierno de México es que nosotros no queremos que nos pase y por lo tanto tenemos que tener una anticipación intensa en la prevención. Hoy por hoy no es un problema grande de salud pública”, dijo.

¿Cómo se reconoce al fentanilo ilegal?

El fentanilo se creó con el fin de uso médico para controlar el dolor intenso, como por ejemplo durante una operación o en enfermedades que pueden causar dolor difícilmente tratable con otras sustancias.

Según Hugo López-Gatell, el fentanilo tiene una enorme potencia para reducir el dolor, se ha estimado que es hasta 100 veces más efectiva que la morfina o 50 veces más que la heroína. Pero en ese potencial está el riesgo de ser adictiva.

Sin embargo, su uso y distribución ilegal se hace a través de diversas presentaciones como: heroína blanca, chiva blanca, el fenta, M30, China White o tango. A las comunidades llegan en presentación de tabletas, cápsulas, polvo blanco, hasta en dulces.

Entre los efectos por el consumo del fentanilo se encuentran la euforia, analgesia, somnolencia, náusea, confusión, alucinaciones, movimientos involuntarios, depresión respiratoria y la muerte.  

¿Qué es una adicción?

Problema crónico de salud y social, donde la característica principal es la búsqueda y consumo compulsivo de cierta sustancia, pese a sus consecuencias negativas.

“Va más allá de la voluntad. La adicción es un asunto neurológico y psicosocial una vez que la persona es adicta decide en qué momento la consume, cuánto, qué sustancia y quién se la provee. Es una compulsión por tenerla y utilizarla”, externó López-Gatell.

Altera áreas del cerebro encargadas de los mecanismos de satisfacción. La mayoría de las drogas tienen la capacidad de estimular esas zonas. Puede provocar la pérdida del apetito y deshidratación.

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