El 14.6% de mujeres adultas mayores en México sufren o sufrieron diversos tipos de violencia por parte de sus esposos, parejas, hijos y nietos. Socorro Ortega, casada desde hace más de cinco décadas e integrante de “Amigas por Siempre” es una de ellas.
“Mi esposo decía que él no podía cambiar porque nunca tuvo un papá y una mamá quien lo regañara, era muy celoso, mucho muy celoso, no podía yo salir así y tenía yo que ir rápido. Le decía que no era yo de su propiedad, que tenía que salir, porque para pedirle permiso le tenía mucho miedo”, dijo Socorro.
Y esos son los casos registrados, pero se considera que respecto a la violencia que sufre este sector de la población hay una cifra negra.
Aurelia Grimaldo integrante de “Amigas por Siempre” señaló que a las mujeres adultas mayores les dicen “ya estás vieja, para qué sirves, muérete, muérete para que estas aquí, ya ni le dan el medicamento, ni la bañan, están todas muy mal, en un mal aspecto”.
La búsqueda de un lugar seguro llevó a Aurelia y Socorro a conocer a sus hoy amigas.
“Yo oía que cantaban, porque el canto se oía muy lejos de la escuelita Emiliano Zapata, se oye para allá para acá, yo me preguntaba qué estarán haciendo no, ya me dijo una compañera Aure, por qué me dicen Aure, te invito al grupo, ahí donde se oye que cantan y me dice que, si y pues fue, para mí fue sorpresa porque encontré una gran familia ahí, ¿no’”, agregó Aurelia.
“Amigas por siempre” nació de la soledad y la violencia que Martha Silvia Barranco Granados notó en las adultas mayores hace más de dos décadas.
Martha Silvia, trabajadora social y fundadora de “Amigas por siempre” explica que se dio cuenta que realmente no tenían un padecimiento como tal sino “mucha soledad, sobre todo los adultos mayores, llegaban al médico y no era una consulta como tal, sino el poder hablar y expresar y manifestar que se sentían muy solos”.
Poco a poco este espacio, ubicado en el Centro de Santo Domingo, en Coyoacán, Ciudad de México, se convirtió en su segundo hogar, la familia que ellas escogieron.
“Yo ahí encontré, mucha paz, alegría, sobre todo una gran familia, aparte de lo que tiene uno en su casa”, añadió Aurelia.
Socorro señala que se sentía acorralada “como si estuviera en una prisión”.
María del Carmen Muñoz dijo que ve al grupo como un “escape del ambiente de maltrato por las nueras, nietos o hijos.”
Con hermandad y amor se formó un grupo de acompañamiento y ayuda dirigido a adultas mayores con enfermedades crónicas, que además de brindarles información para una vida saludable, también abordan temas de violencia intrafamiliar.
“Quise que ellas reconocieran qué era violencia y cómo evitarla. Con tristeza puedo decirte que al principio no lo identificaban, ellas pensaban que eso era lo normal, lo común”, añadió Martha Silvia.
Y aunque la palabra sororidad no resuene mucho en las generaciones de adultos mayores, en “Amigas por siempre” ellas aprendieron que pueden empoderarse a través del acompañamiento. Así, a través de bailes, juegos y terapias grupales lograron desaprender lo que les inculcaron toda una vida.
Martha Silvia señala que las personas empezaron a darse cuenta de que podían tener una mejor calidad de vida y que ellas tenían derecho a no ser violentadas.
“Ella nos ha enseñado a defendernos de la vida, a defendernos de nosotras mismas a no dejarnos de nuestra familia porque muchas veces la familia a uno deprime”, puntualizó Aurelia.
A diferencia de otros grupos enfocados en adultos mayores, en “Amigas por Siempre”, lograron vivir de forma plena, y sobre todo, libres de violencia.
María Adelina agradece la existencia del grupo, dice verlo como un apoyo para “quererse y valorarse uno mismo”.