A mediados de los años 70, cayó una extraña lluvia en las aguas del pacífico, frente a las costas del estado de Guerrero, que se prolongó por varios años. Se trataba de costales con piedras que eran lanzados desde un avión del Ejército. Dentro de los costales había cuerpos humanos.
A esa lluvia se le conoció como los “vuelos de la muerte”, estrategia de aniquilamiento contra disidentes políticos o presuntos disidentes políticos, daba igual, que se levantaron en armas contra un sistema autoritario de puertas cerradas, que formó parte de las atrocidades de la llamada “Guerra sucia”.
Los vuelos de la muerte no los inventó México, están en la Argentina y esos “vuelos de la muerte” los echaban al mar vivos. Hasta donde tengo entendido, en el caso mexicano, no es un gran logro, pero los mataban primero”, Lorenzo Meyer, historiador y académico.
La “Guerra sucia” en México fue ordenada desde la cúpula del Estado, con el objetivo de perseguir a guerrillas rurales y urbanas, como el Partido de los Pobres, el Ejército Popular Revolucionario y la Liga Comunista 23 de septiembre.
Se le llamó así por las prácticas ilegales que la distinguieron: desapariciones forzadas, tortura, asesinatos a sangre fría y cárceles clandestinas, cuya existencia eran secreto a voces.
El Campo Militar número1, ese es un punto de lo más interesante. No debía de haber prisioneros civiles en el campo militar, ahí estaba. Y más o menos todo el mundo sabía, pero a ver quién entraba a averiguarlo”, Lorenzo Meyer historiador y académico.
El periodo de mayor intensidad de la “Guerra Sucia” se registró entre las décadas de los 60, 70 y 80 en Guerrero, pero pronto se extendió a otros estados.
“El gobierno optó por la salida militar, por la salida a las demandas de justicia que había primero de la gente de forma pacífica, de las organizaciones sociales, estudiantiles, sindicales y luego la guerrilla, pues en lugar de una solución que fuera pacífica, adecuada, de acuerdo a la ley, decidió la opción militar”, Nicomedes Fuentes García, integrante, Comisión de la Verdad de Guerrero y ex preso político.
Además del ejército, los gobiernos de México desde el de Gustavo Díaz Ordaz hasta Miguel de la Madrid, echaron mano de una siniestra corporación policiaca para reprimir a opositores: la Dirección Federal de Seguridad, que dejó de operar en 1985, dejando un legado de sangre
“Hacían unas bolas de algodón y nos habrían el ojo y nos las metían adentro y la otra, ya sobre esa bola de algodón la venda, pero apretada, pues”, Evaristo Castañón Flores, campesino
Los autores de tan cruentas prácticas son bien conocidos: Mario Arturo Acosta Chaparro, quien encabezó la campaña antiguerrilla contra Lucio Cabañas y Genaro Vázquez; Miguel Nassar Haro, titular de la entonces temida Dirección Federal de Seguridad, y a quien junto con Salomón Tanus, se le atribuyen capturas, secuestros, torturas y homicidios de varios integrantes de la Liga 23 de septiembre.
Se estima que durante la “Guerra sucia” fueron asesinadas en México 3 mil personas y continúan desaparecidas otras tantas.
“Nosotros, como familiares que estuvimos trabajando desde los 70 hasta el 2000, teníamos mil 200 detenidos desaparecidos por razones políticas, la mayoría de Guerrero”, Judith Galarza, integrante, Federación Latinoamericana de Familiares de Detenidos-Desaparecidos.