Pobreza, abandono por parte del Estado, un sistema patriarcal permanente y las costumbres de un pueblo que no toma en cuenta a las mujeres, es la realidad de la que huyó
Anayeli, quien a sus 15 años se rebeló ante un matrimonio arreglado.
Es importante entender el contexto para no criminalizar o estigmatizar, porque sí hay problemas tanto estructurales por el abandono secular del Estado, como esta justicia patriarcal que oprime a las mujeres y como estas costumbres que se han deteriorado por la mercantilización de estas prácticas tradicionales del pago de la dote”, explicó Abel Barrera del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, Guerrero.
Abel Barrera defensor de derechos humanos de la montaña siguió de cerca el caso de
Anayeli, huérfana de padre y vendida al que sería su esposo por 200 mil pesos.
Con la muerte del esposo ya no hay manera de tener dinero en la casa; la mamá de Anayeli quedó con una deuda por los gastos funerarios del esposo y esta coyuntura era propicia para que de alguna manera obtener recursos para que se puedan pagar las deudas que se deben por el asesinato de su papá”, dijo Abel Barrera.
Anayeli se refugió en casa de un amigo y luego
ambos fueron trasladados al DIF estatal, ya que no era viable regresar a su comunidad. Abel Barrera, que auxilió a la menor, reconoció que no hay mecanismo de protección para las mujeres en una situación como esta.
Ni siquiera hay un número telefónico para decir cuando suceda un caso de matrimonio forzado, que te diga ‘pues comuníquense a este número’, pero no hay ni siquiera un número para comunicarse, ni siquiera una persona, o una instancia con la que hay que establecer comunicación para que se implemente o funcione un mecanismo de alerta y que coloque a la niña en un ambiente de mayor protección”, añadió el entrevistado.
Con 27 años de acompañamiento a las comunidades de los
19 municipios de la montaña de Guerrero, consideró que la rebelión de Anayeli obedece a un hartazgo que permea en esa zona.
Esto ya colapsó en el sentido de los grandes daños que se están causando a las niñas, ya están en esa lucha desesperada de poder desligarse de este yugo de los matrimonios forzados huyendo del domicilio”, expuso.
De los 81 municipios del estado de Guerrero, en
Cochoapa, Metlatonoc, Xalpatlahuac, Tlapa y Alcozauca es donde aún se realiza la venta de niñas.
La autoridad tiene que tomar en cuenta en donde se están consumando estos matrimonios para poder hacer una intervención que no vulnere los derechos de las personas, ni de las niñas”, puntualizó Abel Barrera.