La presa El Durazno, en el municipio de San Agustín Tlaxiaca, en Hidalgo, se aprecia desolador. Aquí debería acumularse agua para riego, pero la falta de precipitaciones ha desecado por completo el lugar.
Melitón avanza a un costado con una carretilla, en la que lleva dos grandes botes de agua para sus borregos, este trayecto lo realiza a diario.
“No hay nada de agua, ya llevamos casi dos años. Con esto íbamos a regar el maíz, la legumbre, todo eso, pero no, no se pudo. Pero no hay, por eso nos venimos hasta acá, batallamos mucho ya -¿cuánto caminó?- sí, cómo no, medio kilómetro, más de medio kilómetro’’, dijo Meliton Martínez, habitante de San Agustín Tlaxiaca.
La sequía golpea con severidad gran parte de nuestro país, con los meses, la reducción prolongada de las lluvias genera escenarios como éste.
Otras presas de Hidalgo padecen esta difícil situación.
En la presa El Girón, en la localidad de Epazoyucan, se observa una de las caras más duras de esta sequía inclemente que ha afectado al estado de Hidalgo, en esta instalación donde se almacena agua para los cultivos de riego podemos apreciar que se encuentra completamente seca.
Al momento tenemos registradas algunas presas que ya su almacenamiento es mínimo o ya no existe, derivado de la sequía. estas presas se encuentran, una de llama Milpa Grande, en Alfajayucan; El Girón en Epazoyucan; San Buenaventura en Pachuca; El Durazno en San Agustín Tlaxiaca; Francisco I. Madero en Huichapan; Trejo en Nopala; y Los Ángeles, en el municipio de Atotonilco El Grande’’, aseguró Armando Hernández Mendoza, director de la Conagua en Hidalgo.
En el país, más de la mitad de las presas se encuentran muy por debajo de su capacidad, ante la falta de lluvia.
Por su parte, Jorge Zavala Hidalgo, coordinador general del Servicio Meteorológico Nacional de la Conagua, aseguró que “ya considerando a normalmente seco, es cuando llegamos al 85% del territorio nacional, que ha tenido precipitaciones por debajo del promedio”.
Esto propicia otros problemas: la vegetación se reseca y favorece la formación de incendios. Ha ocurrido en años con sequía extrema, como en 1998 y 2011.
Este 2021, la sequía ha favorecido paisajes de pesadilla, como el fuego que afectó en abril a la sierra que comparten de Nuevo León y Coahuila.
En tres semanas, consumió más de 12 mil hectáreas y afectó a decenas de familias.
Hay más sequedad o hay más combustible potencial y entonces sí se ven favorecidas las condiciones para que haya mayor número de incendios o para que los incendios que haya se propaguen y se salgan de control’’, aseguró Jorge Zavala Hidalgo.
En tanto, María Teresa Flores Cabral, suplente legal de la gerencia de Conafor de Nuevo León, dijo que “todos trabajamos de manera coordinada, todas las instituciones, hay un mando unificado entre Protección Civil, la Comisión Nacional Forestal, la Comisión Nacional de Àreas Naturales Protegidas, así como el gobierno del estado”.
Es importante decir que los cambios en los patrones de lluvias, generalmente se asocian con el calentamiento global.
¿La sequía en México, está asociada con el calentamiento global?, el Servicio Meteorológico Nacional dice que no hay suficiente evidencia. Lo que sí hay es una tendencia marcada a elevar la temperatura promedio del país, y eso puede intensificar los efectos de la sequía.
El hecho de que tengamos temperaturas más altas, también favorece el que se desarrollen los incendios. y no hay que olvidar que el mayor número de incendios se deben a actividades humanas, son deliberados’’, afirmó Jorge Zavala Hidalgo.
Los expertos destacan la importancia de una mayor coordinación entre gobiernos y sociedad para amortiguar las duras consecuencias de estos periodos sin lluvias.