El nombre Hamas significa “fervor” en árabe, y además es el acrónimo de Harakat al-Muqáwama al-Islamiya, que quiere decir Movimiento de Resistencia Islámico, de acuerdo con la propia carta fundacional de dicha organización.
Hamas es un grupo de islamistas que ostenta el poder político en la Franja de Gaza tras enfrentarse a otra facción palestina denominada Fatah, quien lidera Cisjordania.
Para muchos palestinos Hamas es un grupo de resistencia que tiene legitimidad, sin embargo, para Israel y sus países aliados como Estados Unidos, la Unión Europea, Egipto, Japón y Canadá, se trata de un grupo terrorista.
De hecho, la Organización de Estados Americanos (OEA) volvió a ratificar a Hamas como una organización terrorista, tras pronunciarse a propósito de los ataques que realizó en contra de Israel.
Y es que a decir de la OEA, Hamas utiliza a niños y civiles como escudo ante ataques de su enemigo, además de que militariza lugares como escuelas y hospitales.
Los recientes ataques iniciados por Hamas contra la población civil israelí constituyen indudablemente atentados de naturaleza terrorista. La violencia de los mismos y los objetivos que persiguen claramente tienen esa característica. La agresión terrorista de Hamas es ilimitada y siempre procura víctimas civiles, persigue escalar dinámicas de conflictos y acciones armadas, así como sembrar el terror sobre población inocente, sea israelí o palestina”, señaló la OEA, el pasado 17 de mayo.
Por ello, la OEA justificó como “legítima defensa” los ataques con misiles que ha hecho Israel en la zona de la Franja de Gaza que se encuentra al suroeste de aquél país en el Medio Oriente.
Los atentados de Hamas constituyen un ataque contra la paz y la seguridad de Israel y la región, y hacen imperativo categorizar a Hamas como organización terrorista para la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos”, afirmó la OEA.
El grupo Hamas no reconoce a Israel como Estado y por lo tanto desconoce cualquier acuerdo que hayan firmado con anterioridad, por ejemplo, los acuerdos de paz de Oslo entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) firmados en 1993.
La carta fundacional de Hamas hace referencia al despojo de su tierra por parte de su enemigo (Israel) e incluso lo equipara con la situación que en la Segunda Guerra Mundial vivieron los judíos.
Nuestro enemigo confía en los métodos de castigo colectivo. Ha despojado a las personas de su tierra y de sus propiedades, las ha perseguido en sus lugares de exilio y reunión, quebrantando huesos, disparando contra mujeres, niños y ancianos, con o sin motivo. El enemigo ha abierto campos de detención donde hay miles y miles de personas recluidas y tenidas en condiciones infrahumanas”, señala la carta fundacional de Hamas.
También, denuncia la demolición de casas y dictar sentencias crueles contra miles de jóvenes.
“En su tratamiento nazi, los judíos no han hecho excepción para mujeres ni niños. Su política de amedrentamiento es para todos. Atacan a las personas en lo que concierne a su sustento, extorsionando su dinero y amenazando su honor. Tratan a las personas como si fueran los peores criminales de guerra. La deportación de la patria es una forma de asesinato”, advierte el documento.
En tanto, la ONU ha hecho un llamado a Israel y Palestina de cese al fuego para evitar que el conflicto escale y se convierta también en una lucha regional.