Un asunto que ha sido un pantano de corrupción en nuestro país, el sector aéreo, hoy se anunció la quiebra de la empresa Aeromar, la cual dio a conocer el cese de todas sus operaciones de forma definitiva después de 35 años de servicio.
Esto debido a que no pudo pagar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México una deuda de más de 500 millones de pesos y por tanto, la autoridad aeroportuaria le suspendió el suministro de combustible y otros servicios.
Este 15 de febrero venció el plazo que tenía la empresa para pagar, pero esto no ocurrió.
El caso de Aeromar sólo es el más reciente de una cadena de quiebras y desapariciones de empresas aéreas de México, que terminaron en el desastre financiero por malas administraciones y corrupción de quienes en algún momento fueron sus dueños.
No, no ha sido el permitir que entren a competir en México aerolíneas extranjeras lo que ha llevado a la ruina a las líneas aéreas nacionales. Nada más falso que eso.
Han sido los malos y corruptos empresarios que las han dirigido.
Aquí, una recapitulación
De 1995 a la fecha, más de 20 aerolíneas se han ido a la bancarrota en el país; la más emblemática fue Mexicana de Aviación, tras la fallida administración del empresario Gastón Azcárraga, que violó la Ley del Mercado de Valores al no entregar a los accionistas la venta ilícita de la empresa.
Pese a este grave delito el gobierno de Enrique Peña Nieto ordenó el retiro una orden de aprehensión por fraude, dejando a más de ocho mil trabajadores sin empleo ni liquidación.
Hace 28 años Aeroméxico fue rescatada por el Fobaproa. La aerolínea era operada por Agustín Legorreta, propietario de Banamex, y Gerardo de Prevoisin, que fue aprehendido en Suiza, y se le condenó por administración fraudulenta.
En el 2000, Taesa, aerolínea pionera de bajo costo, se declaró en quiebra. Propiedad de Alberto Abed y Carlos Hank Rhon, la empresa tuvo constantes problemas regulatorios, de mantenimiento y con su sindicato.
En 1999 fue el principio del fin de Taesa; se accidentó su vuelo 725, que operaba la ruta Tijuana-Guadalajara-Uruapan-Ciudad de México, donde murieron 18 personas.
En 2008, Aerocalifornia, del empresario Raúl Aréchiga, fue suspendida del uso del espacio aéreo por la Secretaría de Comunicaciones, por adeudos de impuestos y quebró. En 1986, una de sus aeronaves se accidentó cerca del aeropuerto de Los Mochis, falleciendo todos sus ocupantes. En 2004, otro de sus aviones despegó en condiciones climáticas adversas, y se accidentó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. No hubo lesionados.
Aviacsa, dejó de operar en 2011, por adeudos superiores a los mil 750 millones de pesos al SAT y a los aeropuertos de la Ciudad de México y del Pacífico, por parte su propietario Ramón Madero Dávila, del Grupo Madero.
Líneas Aéreas Azteca, se fue del aire en 2007; le fue suspendida su certificación, debido a problemas financieros y por no cumplir con los protocolos de seguridad requeridos. Pablo González Ulloa, operador de los hoteles Royal Holiday y presidente del Consejo de Administración de la aerolínea tuvo serios conflictos con algunos accionistas.
La misma suerte corrió Avolar de George Nehme Name, que fue detenido en 2014 por un fraude de cien millones de pesos; además de Allegro, Aeromorelos, Aerocozumel, o TAR Aerolíneas, de Guillermo Heredia, embargada por adeudos de 50 millones de pesos, entre otras más como Interjet, declarada recientemente en bancarrota.
Aeromar anuncia el cese definitivo de sus operaciones
Aeromar anunció este miércoles el cese definitivo de sus operaciones, después de 35 años de volar ininterrumpidamente en México, Estados Unidos y Cuba.
A través de un comunicado, la compañía indicó que esta decisión se debe a una serie de problemas financieros por los que atraviesa, así como por la dificultad de cerrar acuerdos, con condiciones viables, que permitieran asegurar sus operaciones a largo plazo.
Además, señaló que el equipo de la compañía realizó “profundos ajustes financieros” para mejorar la situación, pero que en un entorno adverso agravado durante la pandemia de COVID-19, las medidas tomadas no fueron suficientes.