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La muerte golpeó de nuevo a la comunidad de las trabajadoras sexuales trans

Dayanne Scarlet Buenos Salinas fue una trabajadora sexual trans asesinada hace apenas unos días en Tepic, Nayarit. El 17 de enero pasado, sobre la calle Saturnino Peña, un automóvil pasó sobre de ella quitándole la vida.

Esa noche Dayanne lucía su vestido. Al pasar las cinco de la mañana anunció en sus redes sociales que corría peligro y que si algo le pasaba “sería la culpa de una amiga” suya. El aviso se convirtió en realidad. Para las 6:30 de la mañana Dayanne fue declarada sin vida en el Hospital General de Nayarit debido a un traumatismo craneoencefálico del lado izquierdo. 

Cuando Dayanne llegó al hospital, uno de los trabajadores vio sus manos y su bolso que salían de la sábana blanca que la cubría; de inmediato la reconoció por sus uñas y tomó una foto. Las imágenes llegaron a los ojos de trabajadoras sexuales organizadas, las compañeras de la calle Bravo en el Centro de este municipio, quienes confirmaron la identidad de Dayanne, también gracias a sus uñas. 

Mara Rojo, una activista de muchos años, defiende los derechos de la comunidad LGBTI. Al enterarse de la noticia informó a la Casa de las Muñecas Tiresias, que de inmediato se comunicó con la familia de Dayanne.

La madre confirmó el homicidio de su hija pasadas las 10 de la mañana. En el Hospital General recibió la orden de pasar a recoger el cuerpo de su hija en la Fiscalía local a las cinco de la tarde.

Después le entregaron las pertenencias del cadáver: la bolsa de mano, zapatos y algo de joyería. Sólo eso, sin mayor información.

En los objetos recuperados no está el celular con el que Dayanne anunció sus últimos minutos de vida. Para la familia y amigos, es esencial localizarlo para saber con quién habló antes de su muerte y quien lo tiene ahora. 

Sin saber qué pasó, ni tener información oficial, Casa de las Muñecas A.C. acompañó a la familia tanto en el proceso de duelo, como en el tema jurídico para la recuperación del cuerpo.

Esta asociación trabaja con personas en situaciones de vulnerabilidad, en particular con personas en situación de calle, población LGBTTTI+, trabajadoras sexuales, así como usuarios de drogas y sustancias no controladas.

La Fiscalía no quería decir nada a la familia, ni a la sociedad civil. Así se inició una movilización entre la comunidad LGBTI, que presionó a la autoridad para aclarar el caso y brindar más información sobre los hechos. 

Hablaron con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas de Nayarit (CEAV), la cual reconoció a la familia como víctimas indirectas. Gracias al apoyo, la Fiscalía se da cuenta de que la familia de Dayanne no está sola, que las organizaciones y sociedad civil tienen puestos los ojos en el caso, pero hasta ahora no ha logrado dar con los responsables. 

En proceso de investigación, la Fiscalía lanzó un comunicado después de que su mamá recibiera la información de primera fuente. Porque ha sucedido que la familia se entera de los avances por los comunicados”, señaló Perla Díaz, coordinadora de Casa de las Muñecas en Nayarit. 

“Una vez identificada la persona fallecida, se iniciaron las investigaciones con perspectiva de género y de identidad sexual, con el apoyo de colectivos acompañantes y de la familia”, se lee en el comunicado oficial.

No podemos decir que este es un accidente automovilístico y se acabó. Lo que queremos es agotar todas las posibilidades, porque nos damos cuenta de la poca sensibilidad de la autoridad al atender estos casos. Porque lo primero que se hace es desestimar las muertes a la población LGBTI. Siempre las asocian con un crimen pasional o que algo debía. Hay cuestiones y omisiones de las autoridades que tiene muchos agravantes en razón de género”, concluyó Perla.

En un video documental que se publicó hace unos días sobre la vida de Dayanne, ella cierra con un comentario dirigido a las familias de la comunidad Trans:

Que nos acepten y que nos quieran, porque no saben cuándo puede ser ultimo día que nos vean”.

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