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“La paternidad ha sido una oportunidad para resignificar mi masculinidad”

Tres padres presentaron sus experiencias y retos que han vivido

Ser padre es un reto lleno de satisfacciones, en ello coincidieron tres papás durante una mesa redonda llamada “Los hombres y la crianza, experiencias y retos en la corresponsabilidad”, organizado por la Coordinación para la Igualdad de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante su exposición, Miguel Ángel Arce de la Rosa, padre de un joven de 24 años y de un bebé de siete meses, relató su experiencia como padre primerizo a los 19 años, ya que la madre de su primer hijo, tras la labor de parto, presentó una complicación médica debido a la presencia de una trombosis en una pierna.

“No tenía la más remota idea de que hacer, contaba con ayuda de muchas mujeres que eran familiares de la mamá de Angélica, que me fueron guiando un poco hacia lo que tenía que hacer yo. Empecé a tener rápido herramientas para hacerme cargo de mi hijo, de cambiarle pañales, de bañarlo, con ayuda, la bañada sí era con ayuda”, reconoció emocionado.

El profesor de la Facultad de Arquitectura añadió que las primeras dos o tres semanas fueron caóticas, la inexperiencia, sumada a las carencias económicas, crearon un panorama complejo.

Pero la impericia o la falta de recursos no fueron los únicos problemas que tuvo que enfrentar:

“A mis hermanos, los recuerdo llorando, cuando les dije que iba a ser papá y no era como mucho de alegría, más bien era pensando en que no iba yo a poder con el paquete, sí creo que en esa etapa fue muy compleja, muy difícil”.

Pero el camino sinuoso, no duraría por siempre y sí los retos generan enseñanzas. Ahora, con su segundo hijo reconoce que la situación ha sido más sencilla, ya que ahora tiene más herramientas y experiencia para participar en el desarrollo de su segundo hijo.

Arce de la Rosa apuntó que la asistencia al “Programa Integral de Trabajo con Hombres de la Coordinación para la Igualdad de Género”, en la UNAM, le ha permitido deshacerse de cualidades negativas que practicaba.

“Me di cuenta de que mi masculinidad no puede estar basada en el hecho de comportarme como macho, como un macho que no ayuda, como un macho que no participa, creo que he hecho todo lo contrario y la verdad es que hoy para mí, la paternidad está siendo mucho más sencilla”.

En su oportunidad, Gil Cristian Hernández Morales, integrante de la Dirección General de Orientación y Atención Educativa de la UNAM y padre de tres hijos, comentó que enfrentó duras críticas al adoptar al hijo de su pareja.

“Al momento de juntarme con la que actualmente es mi pareja, me enfrentó a muchos sesgos, muchas ideas, tal vez estigmatizadas, acerca de lo que representa ser una mujer con un hijo donde el papá no quiso y no decidió hacerse responsable, entonces se llenan muchos estigmas”.

Él, también personal de docencia, reconoce que no fue sencillo desechar esta idea; sin embargo, a la par trabajó en dar afecto y cariño. La satisfacción fue cuando le llamó papá:

“Para mí fue un gran reto, en el momento en el que él, por ejemplo, por primera vez pasaron tres o cuatro meses, después de que llegó a mi vida donde él me dijo así en la tarde ‘oye pa’ (sic) me podrías comprar tal cosa’, entonces para mí, ese día, yo recuerdo que lloré”, expresó.

Gil añade que para él fue importante ese proceso:

“Trascender esa parte, donde un hijo que no es biológicamente mío me dijera papá. Yo en ese momento cargué con más responsabilidad, porque sabía que tenía un gran reto por encima, que iba a estar plagado de muchas adversidades, en cuanto a nivel social, como a nivel del núcleo familiar”.

Posteriormente, esta pareja decidió tener dos hijos más -un niño y una niña- y admitió que la experiencia previa hizo que ahora disfrute más cada momento.

“Los he disfrutado, sí sé que está plagado de retos, pero para mí ha sido un gran placer, me he divertido muchísimo y tengo anhelos y tengo muchos deseos de fungir como padre durante mucho tiempo más con ellos”, dijo.

Por su parte, Daniel Alejandro Fernández Velasco, del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina, quien es papá de dos hijos -uno de 25 y otro de 12 años-, detalló que ser padre tiene un significado que atraviesa diversas esferas:

 “Es un gran placer y es un gran reto al mismo tiempo, creo que sobre todo es una oportunidad para resignificar mi masculinidad, para tratar de cuestionarme, la forma en que hago presente mi día a día y pues finalmente también es una oportunidad de oro para la transformación y para lograr cambio”.

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