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Las altas concentraciones de ozono no cumplen con normas de salud

Más de 150 millones de personas en América Latina viven en ciudades que exceden las Guías de Calidad del Aire según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2016.

La contaminación del aire está vinculada íntimamente con las estrategias de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en sus siguientes metas:

1. Para 2030, reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades causadas por productos químicos peligrosos y la contaminación del aire, el agua y el suelo.


2. Garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos.


3. Reducir el impacto ambiental negativo per capita de las ciudades, incluso prestando especial atención a la calidad del aire y la gestión de los desechos municipales y de otro tipo.

 

La contaminación del aire ocupa un lugar fundamental en las agendas políticas de los países, por lo que se ha vuelto prominente la atención para solucinar y disminuir los efectos adversos sobre la salud en las poblaciones, aunado al contexto de emergencia sanitaria de COVID-19.

Entorno al Día de la Tierra, es necesario continuar con acciones urgentes, para consolidar estrategias y soluciones que ayuden a mitigar el impacto antropogénico sobre el planeta.

En el caso particular de América Latina y, específicamente de México, nuestro país se encuentra adscrito a la Agenda 2030 para lograr alcanzar los objetivos sostenibles.

 

Durante los últimos días en Ciudad de México se ha puesto sobre la mesa la contingencia ambiental, por la mala calidad del aire y las altas concentraciones de ozono. La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) comunicó que la Zona Metropolitana se encuentra bajo contingencia ambiental.

Ante ello, se establecieron medidas con el objetivo de disminuir la exposición de la población al aire contaminado y reducir el riesgo a la salud en grupos vulnerables.

Algunas medidas fueron la aplicación del doble Hoy No Circula y medidas al interior de hogares como reparar fugas en instalaciones de gas doméstico, acortar tiempos de ducha o reducir viajes y con ello la exposición a la contaminación.

 

En conversación con Once Noticias, Víctor Hugo Páramo, de la CAMe, compartió que debido a la naturaleza urbana de la Zona Metropolitana, más de 20 millones de habitantes y más de 5 millones de vehículos, hace que el metabolismo urbano sea muy intenso.

Para satisfacer las necesidades de la población hay un alto consumo de bienes, de combustibles, de movilidad y por tanto de emisiones contaminantes”, señaló Víctor Hugo Páramo.

El especialista compartió que la contaminación en el Valle de México es un problema muy conocido desde los años 50.

A finales de los 80 se instaló la Red de Monitoreo de la Calidad el Aire, lo que permitió que la sociedad en conjunción con las autoridades, pudieran darse cuenta de la magnitud del problema que se tenía. Desde entonces han habido acciones y medidas para contrarrestar y mejorar la calidad del aire”, indicó Víctor Hugo Páramo.

 

A la fecha, la situación es distinta en comparación, con los años 80.

Hemos tenido un gran avance aunque aún tenemos condiciones que no son óptimas. Actualmente en la ZMVM los principales contaminantes, que todavía no cumplen con las normas de salud, es el ozono y las partículas menores a 10 y 2.5 micrómetros. Los otros contaminantes se encuentran dentro de los valores de protección de la salud, pero el ozono y las partículas, no”, explico Víctor Hugo Páramo.

 

 

El especialista señaló que son muchos los factores por lo cual no se ha logrado.

En la actualidad las normas de calidad del aire se cumplen en diferentes grados. Algo que ocurre son los valores extremos que se producen, esos valores los conocemos como episodios de alta contaminación y se pueden producir por el ozono y las partículas. Tienen una temporalidad, los episodios de ozono se producen en temporada seca-caliente. En este período se presentan altas concentraciones de este contaminante, por lo que se deben aplicar medidas contingentes”, dijo Víctor Hugo Páramo.

Por otro lado, en temporada seca-fría se presentan altas concentraciones de partículas. También pueden llevar también a tener episodios de contingencia. Lo que ha venido ocurriendo es que la calidad de aire ha ido mejorando, a la par de las normas para protección de salud, que también han ido evolucionando”, agregó.

Sin embargo, el especialista enfatizó que la meta meta internacional es que llegar a tener normas tal como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud.

En México todavía no estamos ahí, estamos cerca, pero aún no estamos ahí”, comentó Víctor Hugo Páramo.

 

 

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que hasta el 2016 en el continente americano se registraron alrededor de 249 mil muertes prematuras atribuibles a la contaminación del aire exterior y alrededor de 83 mil muertes prematuras atribuibles a la contaminación del aire debido al uso de combustibles sólidos en viviendas. 

 

 

Victor Hugo Páramo señalo que la pandemia trajo una visible reducción de vehículos particulares.

Al respecto, comentó que la experiencia del año pasado fue que hubo una mejora en los niveles de algunos contaminantes como dióxido de nitrógeno, azufre y monóxido de carbono, no obstante, en otros contaminantes como partículas no fue tan marcado.

 

En caso de ozono, observamos que estos picos no se dieron con tanta frecuencia. ¿Porqué siguió elevado el ozono, si hubo menos tráfico? Es un contaminante que se forma en la atmósfera, su formación es compleja. Quitar autos disminuye el dióxido de nitrógeno y esa disminución hace que el ozono se incremente. En términos de concentraciones muy elevadas. Ahorita vemos que el trafico vehicular se ha incrementado, hay zonas que parecen normales, con altas concentraciones de personas. Es un reto. El hecho de que bajaras las emisiones, se modificó la química atmosférica, teníamos un equilibrio, pero se modificó”, puntualizó Víctor Hugo Páramo.

Lo importante es atender estos picos que se dan bajo condiciones especificas del clima, metodología y de la existencia de otros fenómenos que pueden contribuir a agudizar el problema, como erupción volcánica o incendios forestales, porque contienen compuestos reactivos.

El especialista finalizó afirmando que es necesario revisar estas problemáticas y generar programas de carácter regional con el objetivo de atender el mejoramiento ambiental en el país que generen impactos positivos en la salud de las poblaciones.

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