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Libertad de expresión es fuente de poder para las mujeres: periodistas

María Fernanda Ruiz

En lo que va del año 2020 se han registrado 11 asesinatos de periodistas, tres de estos han sido perpetrados hacia mujeres: Lourdes Maldonado –23 de enero, en Tijuana– y el de Yessenia Mollinedo y Johanna García –9 de mayo, en Veracruz–.

Comunicación e Información de la Mujer (Cimac) AC ha documentado, a través del Observatorio de Medios, que cada 38 horas una periodista o comunicadora son agredidas por su labor periodística.

Los principales efectos de estas violencias se expresan en que 21 periodistas se encuentran en situación de desplazamiento interno forzado, intermitente e incluso exilio; 10 mujeres periodistas desaparecidas y  21 casos de feminicidios.

A esto se suma la violencia y desigualdad al interior de las redacciones: de acuerdo con datos de periodista Unidas Mexicanas, hasta 2021, 60% de mujeres periodistas vive algún tipo de acoso sexual; 63% identifica que los compañeros de trabajo son los agresores; 49% el acoso es por parte de jefes directos y 43% ha sido acosada por la fuente de información.

En la inauguración de la Semana Internacional por el Derecho Humano a la Libertad de Expresión de las Mujeres. ‘Periodismo de paz para todas’, organizado por Cimac AC, WACC, Brot Für die Welt, así como Conocerles Hasta Reconocerles, se presentó el informe “Tratamiento de la violencia machista en los medios”.

Lucía Lugones, directora de Cimac, compartió que en el análisis que hicieron de Tratamiento de violencia machista en los medios sobresalió que la mayoría de las noticias analizadas (361 publicadas en 15 medios de comunicación) 14% fueron escritas por mujeres frente a 41% escritas por hombres.

Sobresalió además el caso de Debanhi Escobar, ya que el abordaje que hicieron los medios ha sido un tema que ha puesto sobre el debate algunas cuestiones. Ante tal, Lugones dijo que:

“respondió a la espectacularización que opaca el resto del contexto en el que ocurre en Nuevo León y las denuncias que hay de las mujeres desaparecidas. El Observatorio demostró dos cosas: la narrativa que se utiliza en notas responsabiliza a las víctimas de lo ocurrido, son narrativas que generan la idea social de que algo hicimos y por eso nos pasó. En segunda, en los agresores se encuentra justificación. Sus agresiones se ven como asuntos externos, por ejemplo, ingirió drogas o tenía un estado emocional alterado, tenía mucho estrés, problemas o traumas de la infancia. Justifica el actuar de los hombres y eso construye una empatía hacia ellos”.

Por su parte, Diana Juárez de la Cadera de Eva dijo que el caso de Debanhi y el abordaje que hicieron los medios respondió a una lógica de mercado en el que incide el interés de garantizar ‘clicks’, por lo que dijo que es fundamental cuidar la narrativa, realizarla con perspectiva de género y bajo un enfoque de derechos humanos. Asimismo criticó, junto a Lugones, la importancia del contexto.

Según el informe, este año 42% de las noticias colocan las voces de las víctimas, familiares y acompañantes y que en años anteriores eran los agresores quienes tenían el triple de espacio en las noticias.

Esto pone en la mesa que para construir un periodismo de paz es fundamental aumentar el acceso de mujeres y su participación en medios, fomentar una imagen equilibrada de mujeres en contenidos mediáticos y erradicar la violencia contra ellas, para armonizar con la Declaración de Beijing, proclamada hace 27 años.

Las periodistas resaltaron que la libertad de expresión es fuente poder para las mujeres.

A lo largo de esta semana, a partir de las 11 de la mañana, los conversatorios abordarán diversos temas como la pandemia, los desplazamientos forzados, desapariciones y un balance sobre los pendientes a 25 años del Capítulo J de la Plataforma de Acción de Beijing.

Todos estos eventos se llevarán a cabo a través de las redes sociales de Cimac AC con transmisiones en vivo y también en sus plataformas de Cimac TV y YouTube.

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