Con casi 37 años de vida, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) goza de buena salud, y no necesariamente por sus valores o ideología. Y es que se ha colado al poder aprovechando sus alianzas a modo… Una suerte de matrimonios por conveniencia.
“Una de estas señoras aristócratas que se casan con uno y con otro y con otro y con otro, para ir encontrando distintas posiciones por poder, por medios, por fama, etcétera. Más o menos así es el Partido Verde”, dijo Paula Sofía Vásquez Sánchez, coautora de “La Mafia Verde”.
Continuó: “su primer matrimonio es brevísimo y es con el PAN, pero llegan a la presidencia con Fox, su siguiente matrimonio de muchos años era justo con el partido que ellos comenzaron siendo sus rivales y ellos decían, somos todo menos el PRI. Pero ellos se quedan doce años acomodados con el PRI y ahora, no bien se había sentado el presidente actual y el partido actual en el gobierno, y ellos ya estaban haciendo una alianza”.
En el libro “La mafia verde”, Paula Sofía Vásquez y Juan Jesús Garza, narran la evolución del partido del tucán, y advierten su falta de consistencia política, pues “son una anomalía del sistema democrático”.
Pasó de ser un negocio familiar a ser “un esquema de capitalismo de cuates”, señaló Paula Sofía Vásquez.
En los primeros años, el libro narra que el fundador del Verde, Jorge González Torres, estableció la estructura del partido con sus empleados domésticos. A la postre, lo consolidó con amigos y socios cercanos, en una sucesión de “mirreyes”, envueltos constantemente en la corrupción.
“¿Quiénes debieron haber sido llamados a cuentas? El niño verde cuando encontraron un vídeo suyo en el 2012 y que él estaba a punto de recibir 2 millones de dólares para hacer unos negocios chuecos con una inmobiliaria”, añadió Vásquez.
“Arturo Escobar cuando se lo encuentran en Chiapas, en un aeropuerto, con una maleta con un millón de pesos, pasando el aeropuerto, y él nunca pudo explicar ni el origen ni el destino del dinero. Y Manuel Velasco, que Manuel Velasco acumula y acumula y acumula casos, desde cosas anómalas, como pedir licencia para gobernador, para ser senador pero luego regresar a ser gobernador. No se le llama a cuentas a Manuel Velasco, al revés, es una corcholata”, puntualizó.
En los últimos sexenios, los legisladores del Verde han sido el fiel de la balanza para aprobar todas las reformas constitucionales recientes. Han perfeccionado el arte de mantenerse vigentes a costa de lo que sea.