Nacional

Ellas son las mujeres que defienden los derechos de quienes se manifiestan

La Brigada Humanitaria de Paz Marabunta es una organización de la sociedad civil que brinda apoyo en manifestaciones con el fin de vigilar que se respeten los derechos humanos.

Carla Ríos es la subdirectora de la Brigada Humanitaria de Paz Marabunta, que se creó en 2012. La brigada nace de una la organización Espacio Libre Independiente Marabunta, que hace trabajos con jóvenes en el tema de reconstrucción social y paz. 

¿Cómo nace la Brigada de Paz Marabunta?

Carla: La primera movilización a la que asistí como parte de la Brigada fue el 1 de diciembre del 2012 y asistimos con otros jóvenes. Ese día decidimos hacer dos cosas en específico: atender lesionados y documentar las violaciones a los derechos humanos. De ahí, pues siguió una ola de represión en las movilizaciones de Ciudad de México y decidimos ir frecuentemente para iniciar el proceso de lo que es hoy la Brigada de Paz.

Ahora hacemos cuatro cosas específicamente: ser observadores de derechos humano, pero pegados al lugar donde están sucediendo las cosas; documentamos en fotografía, video y con bitácoras escritas las violaciones a los DDHH; mediamos entre instituciones y personas que se movilizan, creamos puentes de diálogos para que las obligaciones de las instituciones de proteger, promover y garantizar los derechos humanos se lleven a cabo en las movilizaciones sociales. Y la última, es en el caso de que todo lo anterior no funcione y haya represión con personas lesionadas, damos la primera atención médica. 

¿Cómo ha sido el proceso de construcción de este proyecto de derechos humanos?

Carla: Todo el proceso ha sido un problema, yo soy la subdirectora y el director es hombre. Recuerdo mucho que, al inicio, cuando yo quedaba a cargo de las negociaciones con las instituciones no querían hablar conmigo porque era mujer y joven. Los policías nos decían que fuéramos a lavar trastes o que no estuviéramos de chismosas o hasta nos escupían. Sí había agresiones contra la organización en general, pero se remarcaba este tiente especifico de violencia contra las mujeres, porque a ningún hombre le escupieron, por ejemplo.

Hemos empujado desde la organización para que las instituciones respeten mi posición como mujer porque eso no implica que mis capacidades sean inferiores. No es que haya desaparecido esa discriminación, pero hemos logrado que algunas instituciones reconozcan el trabajo de nosotras.

¿Cuáles son los mayores cambios que se han logrado desde la Brigada de Paz?

Carla: Se trabajó dos años en cambiar de protocolo que antes era de “Contención de Multitudes” y aplicaba para partidos de futbol, peregrinaciones y marchas. Y ahora logramos uno específico que se llama “Protocolo para la protección de personas defensoras de derechos o movimientos sociales”.

Esto se conjuga con un estallido global del movimiento feminista, donde hay un despertar de mujeres que han decidido manifestarse de maneras diferentes, desde el arte, la cultura, el deporte, los posicionamientos y hasta las mismas movilizaciones.

¿Ese estallido modificó algo en las mujeres de Marabunta?

Carla: Entendemos que los alcances que pueda tener la Brigada de Paz Marabunta van más allá de las mujeres que damos el servicio en la organización, pero los problemas de las movilizaciones nos duelen, nos lastiman y nos importa como mujeres. Sabemos que acompañamos las marchas, aunque nosotras no seamos manifestantes, pero sabemos que esa realidad por la que protestan, nos puede alcanzar a nosotras también y es algo que siempre tenemos presente. 

Lo difícil es sabernos mujeres en este país con los mismos riegos y entender que las mujeres que han decidido salir a manifestarse sufren de estas violencias

¿Han visto alguna transformación en las instituciones para tratar a las movilizaciones?

Carla: Lo que vemos es que las instituciones no están preparadas para este cambio, ni globalmente ni localmente. No es que todos están preparados para las movilizaciones con acciones directas, como les dicen, pero lo cierto es que hay que agregarle que no están preparados para resolver el tema de género. Y para que las movilizaciones cesen tiene que resolver el problema estructural por el que se protesta, después debe haber acceso de justicia y de reparación del daño.

Pero en vez de eso, se ha creado es un estigma sobre las mujeres en la movilización y se criminaliza el acto. Porque hay diversas maneras de movilizarse, van adultas mayores, niñas y artistas de todo tipo, pero la atención se está yendo a lo que pueda crear discusión como la acción directa. Incluso se invisibiliza a las otras mujeres que se están manifestando y se crea un discurso estigmatizante diciendo que “todas las mujeres que se movilizan son violentas”.

Intentar parar la movilización porque “no son las formas” es un error grave. Lo que se tiene que atender primero es el problema por el que están saliendo manifestarse las mujeres, y es ahí donde no están preparadas las instituciones.

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