El palacio legislativo de Ciudad de México lucía con muy pocas personas y las butacas encerradas en unos cubos de acrílico por las medidas sanitarias. La entrega de este premio por el mérito a los defensores y defensoras de los derechos humanos en la Ciudad de México se celebró sin muchos invitados presenciales. Al frente de todas las filas vacías estaban Ernesto Martín Rosas Barrientos, Kenya Cytlali Cuevas Fuentes y Luis Enrique Hernandez Aguilar listos para recibir la medalla que premia su labor en la defensoría de derechos humanos.
Los ganadores
Kenya Cytlali Cuevas Fuentes es la directora de la asociación civil Casa de las Muñecas Tiresias que brinda apoyo a las mujeres trans, a trabajadoras sexuales, a personas privadas de la libertad y personas en situación de calle.
Su trabajo inició desde que estuvo en prisión por el abuso policial del la capital, ahí comenzó a hacer campañas de prevención contra el VIH y tratamientos dignos para las mujeres trans en reclusión. Después se dedicó al trabajo sexual y en septiembre del 2016 asesinaron con un disparo a su amiga Paola Buenrostro, el homicida quedó en libertad. Ahí comenzó una lucha por la búsqueda de justicia que la fue llevando a proteger a “toda una comunidad prioritaria que vive en una violencia sistemática por parte de las autoridades y la sociedad por su condición de vida”. Ahora tiene un albergue con el nombre de “Paola Buenrostro” que da apoyo legal, educativo para la integración social de las mujeres que se acercan con ella. En los casos más lamentables se encarga de resolver los tramites y servicios funerarios para las chicas trans fallecidas”
Luis Enrique Hernández Aguilar es el director de la asociación “El Caracol” dedicada al apoyo legal, jurídico, integral y educativo la de las personas en situación de calle. Él junto con los voluntarios de la asociación recorren las calles donde hay poblaciones vulnerables, llevan alimentos y programas educativos para evitar enfermedades recurrentes y letales en la calle. Ofrece servicios legales las personas de calle que son recluidas, o las madres que perdieron a sus hijos en los abusos del Sistema para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF) por ser personas en situación de calle. También se les ve llevando programas para la educación básica. Durante el inicio de la pandemia en el año 2020 recorrían la ciudad con trajes tybek ofreciendo gel antibacterial y cubrebocas a quienes eran los más propensos a las complicaciones del COVID-19.
Ernesto Martín Rosas Barrientos no puede ver por eso pertenece al Movimiento Tres Doce encargados de atender a las personas con discapacidades. Luchan por el acceso prioritario a los derechos de las personas que no pueden escuchar, no pueden ver o tiene alguna discapacidad intelectual. Su labor va desde el apoyo a sistemas de educación, hasta la creación de programas para la atención adecuada de personas con discapacidades motrices o de cualquier tipo. Ayudan con proyectos para la ocupación laboral y la elaboración de algunos censos de ocupación educativa, laboral e inclusiva de esta población en Ciudad de México. Todos esos trabajos son parte de sus labores para la defensora de los derechos humanos.
Isabela Rosales diputada del congreso cerró la ceremonia ofreciendo palabras de reconocimiento por el trabajo de los galardonados
A ustedes todo mi reconocimiento por su dedicación y trayectoria ya que han cambiado la vida de muchas personas, a la vez que inciden en el referente de progreso para la Ciudad. En muchas ocasiones las mismas víctimas de violaciones a sus derechos guardan silencio por temor al agresor sin embargo no importante es recordarles que en todo momento alcen la voz, siempre hay alguien dispuesto a tendernos una mano. Recordemos que los derechos humanos como los conocemos hoy en día son producto de las exigencias sociales que se han hecho a lo largo de la historia. Necesitamos de esa exigencia para seguir avanzando con paso firme, aunque el entorno se caracterice por sus adversidades”.