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“Si nuestros hijos estaban estudiando, todavía me pregunto ¿por qué?”: Madres de Ayotzinapa

Los recuerdos de la noche de ese 26 de septiembre de 2014, en Iguala, siguen intactos en la memoria de las madres de Ayotzinapa.

En los últimos días Ayotzinapa ha vuelto a la escena mediática luego de que padres y madres, acompañados de normalistas, estuvieran en un plantón por 10 días en el Zócalo, frente a Palacio Nacional con el objetivo de exigir diálogo con el Poder Ejecutivo.

El plantón fue levantado luego de que anunciarán que esperarán la fecha de reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador, con el fin de reorientar las indagatorias de este caso que lleva 9 años y cinco meses a la espera de verdad y justicia.

Y aunque ha tenido avances en la búsqueda de la verdad, no ha sido suficiente, porque aún la justicia parece lejana, un rumor, una promesa.

Este tiempo ha sido vertiginoso, pero para las madres, paradójicamente, sus vidas están en pausa por la pérdida abrupta de sus hijos: 43 jóvenes de entre 18 y 33 años.

Los recuerdos de la noche de ese 26 de septiembre de 2014, en Iguala, siguen intactos en la memoria de cada una de ellas, como Hilda Legideño Vargas, madre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, quien es originaria de Tixtla y que comparte a Once Noticias cómo vivió la angustia de salir a buscar a su hijo luego de esa fatídica noche.

“Transcurrió ese viernes con angustia, pero el peor sentimiento fue cuando bajaron los estudiantes del autobús, que ahí venían todos. Ver que todos bajaron que ahí venían los muchachos, pero faltaba el mío. Así muchos padres vieron que bajaban del autobús y dijeron ‘dónde están, dónde están los demás’, que no sabían, que eran los únicos estudiantes que habían encontrado y fue ahí donde cambió nuestra vida”, sostuvo con lágrimas.

Ese sentimiento también lo comparte Joaquina García Velázquez, madre de Martín Getsemaní Sánchez García (20 años) originarios de Zumpango, Guerrero.

A sus 73 años renunciar a buscar a su hijo no es la opción, aunque el recuerdo de esos días le duelen como aquella vez.

“Lo busqué por todos lados y no lo encontré, entonces me comentó un muchacho, ‘no tía a su hijo se lo llevó la policía. Todos los policías nos atacaron y se lo llevaron’ Pues todo eso como madre pues te duele saber que no encontrar a tu hijo es una cosa desesperante, muy triste”, asegura.

Las preguntas siguen y con el tiempo se han sumado otras más, como las de María Magdalena Maestro Olivares, madre de Antonio Santana Maestro (20 años) que cuestiona, “si nuestros hijos estaban estudiando, todavía me pregunto por qué”, compartió.

De madres a luchadoras sociales

¿Dónde están? Cuestionan las madres que mal durmieron esta noche en el plantón y que se rolan los turnos para cocinar frijoles y tacos de huevo con salchicha. Pero el mal dormir lleva años, uno más, uno menos.

¿Cuál es el impacto de este caminar? Cuestiona la reportera e Hilda Legideño se adelanta y asegura que el mayor impacto está en el pesar de haber dejado a sus otros hijos, “como madre el no saber de mi hijo y tener que abandonar a otros hijos, para poder enfocarme en la búsqueda de su hermano”.

Porque la desaparición es como una tormenta que arrasa con la familia completa.

“Que te arrebaten a un hijo es como quitarte la vida. Es un sentimiento que no se le desea nadie como ser humano. Te arrebatan a las personas, a tu ser, es parte de ti. Y es un tormento estar así, sin saber y las autoridades que te mientan y te utilicen para lograr sus medios y que no te den una respuesta”, enfatiza la buscadora.

Para Cristina Bautista Salvador, madre de Benjamín Ascencio Bautista (19 años), el impacto visible está en sus hijos, pero también en la salud. “Ha sido muy difícil no nada más a mí también a mis compañeras, porque todas padecemos muchas enfermedades. De estos nueve años y cinco meses que han pasado se han muerto cinco padres: 4 padres y una madre sin saber la verdad, sin alcanzar la justicia”.

Para Joaquina, quien es madre de ocho hijos y de origen campesino, es indescriptible su dolor. Como una especie de pesadilla, porque en un abrir y cerrar de ojos, se convirtieron en madres, cuidadoras, buscadoras y luchadoras sociales.

“Francamente nunca pensé vivir todo esto, pues, pidiendo y buscando haciendo luchas que a veces son muchas, muy fuertes. Para nosotros como campesinos, pues nunca vimos venir esto. Todo lo que estamos viviendo nunca pensé vivirlo, nunca pensé aguantar tanto tiempo, pero el amor del hijo te mueve y tienes que seguir luchando”, comparte frente a las enormes puertas del Palacio Nacional mientras ondean las carpas en donde descansan.

En los últimos días, el caso volvió a cimbrar las noticias luego de una serie de acciones que emprendieron los normalistas que acompañan a los padres, lo que ha dividido la opinión a raíz de calificarlas. Pero lo que es cierto es que son nueve años que para María Magdalena han sido los más difíciles.

“Para mí ha sido muy difícil, muy cansado la verdad y ahora sí que complicada la situación, pero también es importante esta situación: buscarlos, que nos den respuesta”, exige. Un día después de la charla, a María se le subió la presión tras la protesta en las puertas de Palacio Nacional. Sus compañeras le dieron una pastilla, pero necesita reposo. Se retira del sol.

La última reunión que tuvieron con el Ejecutivo fue en septiembre del año pasado. En ese entonces, al no obtener una respuesta positiva, abandonaron la reunión.

Y es que tienen demandas concretas: el regreso del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), castigo a los responsables de la desaparición de sus hijos, la entrega de los 800 folios por parte de la Sedena, la extradición de Tomás Zerón de Lucio y continuar con la investigación.

Volver siempre que no haya verdad y justicia

Pero el tiempo cobra factura, más aún, la indiferencia de quienes han pasado por el caso.

Pero las madres de Ayotzinapa continúan con una exigencia, tal como enfatiza Hilda a Once Noticias, “la verdad, es lo que pedimos, la verdad”, señala.

Mientras Cristina secunda y dice que no se rendirá, “no nos vamos a rendir, mientras Dios nos preste la vida tenemos que seguir buscando a nuestros hijos”, asegura.

Este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, las madres de los normalistas piden no olvidar que faltan 43 hijos, los hijos de este país.

“Yo quiero ver a mi hijo, quiero abrazarlo, lo quiero de regreso no importa que sea lo último que haga”, enfatiza Joaquina mientras sostiene la foto de su hijo, la que caracteriza al movimiento.

“¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!, concluye Cristina mientras se apresura porque pronto levantarán el platón y promete que volverán, hasta que no haya verdad y justicia.

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