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Madres, hijas, esposas y hermanas, ellas son las mujeres de la caravana migrante

Sin certezas de un posible ingreso a Estados Unidos y de una oportunidad laboral, las mujeres que integran la caravana migrante no se rinden

Mujeres de la caravana migrante, más de 150 de un grupo de 387 personas. Madres, esposas, hijas, hermanas, todas ellas buscan un futuro mejor en medio de una crisis humanitaria.

Pese a lo difícil de su situación, cuidan, comparten, aman, bailan.

Marjorie Escobar tiene 20 años, en una semana cumple nueve meses de embarazo, es de Honduras, allá vendía ropa en un mercado. Dejó a su madre, padre y tres hermanos.

Pues yo salí sin comentarles nada, ellos no sabían que yo me había ido, o sea yo me vine con mi esposo, así sin decirles nada a ellos”, señaló Marjorie Escobar, integrante de la caravana migrante.

La larga caminata de más de 50 días que lleva le ha generado hambre, sed y cansancio, pero dice valen la pena. Y deja a la fe a lo que viene.

Yo digo que solo Dios sabrá qué va a hacer con nosotros, si Dios quiere que lo tenga aquí, aquí en México, aquí en la Caravana, no sé, solo él sabe”, mencionó Marjorie Escobar, integrante de la caravana migrante.

Sin certezas de un posible ingreso a Estados Unidos y de una oportunidad laboral, junto a su esposo sólo busca brindar un mejor futuro a su familia.

Lucy también es hondureña, con ella viaja su marido y pequeño de tres años, dejó a otro de ocho. A ella la naturaleza la dejó sin trabajo y sin casa.

Yo trabajaba en una bananera, de bananas, pero como ahí en Honduras hubo dos huracanes, el ETA y el IOTA se llevaron todo, todo, bueno yo alquilaba una casa y se la llevó”, dijo Lucy Calderón, integrante de la caravana migrante.

Lucy reconoce que como mujeres y migrantes enfrentan un mayor reto. Pero afirma, se siente segura en su travesía.

Yo me siento segura en la caravana porque ahorita, antier que hubo todo eso, de los policías y eso, ellos nos cuidaron. Hay muchos hombres muy lesionados, mujeres casi no porque ellos nos cuidaban”, mencionó Lucy Calderón, integrante de la caravana migrante.

Lucy hasta el momento no tiene claro si recibirán ayuda, pero la ruta está trazada para continuar su travesía a los Estados Unidos.

Junto a ellas viaja la joven Ingrid, de 16 años, más de dos mil kilómetros la separan de Olancho, Honduras, donde cultivaba café, con sus abuelos a quiénes dejó.

Mucho me pongo a pensar en ellos porque ya están viejitos, están enfermos y eso es lo que meda fuerza, quiero llegar rápido allá para trabajar y ayudarlos”, mencionó Ingrid Hernández, integrante de la caravana migrante.

Este martes se reintegró a la caravana, pero fue atropellada en el trayecto. En el andar se ha ganado el cariño de su gente, aunque no ha sido fácil.

Había un compañero que con ellos no me podía ver, veníamos varios, traíamos muchas banderas de la comunidad, pues, hubo compañeros que la quemaron, dos banderas. A una compañera pues la amenazaron con un cuchillo que la iban a acuchillar”, contó Ingrid Hernández, integrante de la caravana migrante.

Ayer ellas, se subieron al metro y se manifestaron en las oficinas del Instituto Nacional de Migración, para que les brinde ayuda, y de esta forma, dicen, cumplir sus sueños.

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