María Elena Ríos es la representación de una lucha incansable contra la impunidad, la corrupción y contra un sistema de justicia en el que la misoginia y el machismo imperan.
Tras haber sufrido un ataque con ácido súlfurico en 2019, su vida cambió por completo.
Desde entonces la saxofonista oaxaqueña no sólo lucha por sanar sus cicatrices, sino también por acceder a la justicia.
Son cinco sus agresores: tres están detenidos, uno murió dentro de prisión y otro sigue prófugo.
“No hay espacio más surrealista que el territorio nacional mexicano donde a los malos se les protege y a las personas que necesitamos ayuda, se nos vulnera”, comentó la saxofonista María Elena Ríos.
Y añadió: “mientras seas mujer te va a costar el doble o el triple y mientras seas mujer no tienes derecho a opinar, a hablar”:
El presunto autor intelectual del ataque es su expareja y exdiputado priísta, Juan Antonio Vera Carrizal. Él fue vinculado a proceso el pasado 3 de junio, por el delito de feminicidio, en grado de tentativa.
“Antonio Vera Carrizal no vas a salir. Me quisiste matar. Eres un feminicida y tarde o temprano vas a pagar”, sostuvo María Elena.
Malena se convirtió en activista de su propia causa. Hoy busca que la violencia ácida, que ha dañado la vida, dignidad y libertad de muchas mujeres, al menos 33 en los últimos 20 años, sea reconocida y castigada:
“Mi historia esta repetida en muchas mujeres acá afuera pero yo quiero llegar a generar cambios. Quiero llevar a la sentencia condenatoria de todos los implicados porque ellos deben ser ejemplo de que la justicia existe en México y se debe seguir dando”.
Gracias a ello, en 2020 Oaxaca se convirtió en la primera y única entidad hasta el momento, que tipifica como delito los ataques con ácido y sustancias corrosivas.
En Aguascalientes, Baja California Sur, Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo y San Luis Potosí se sancionan estos ataques como agravante del delito de lesiones.
El exdiputado busca reclasificar el delito del que se le acusa por el de lesiones, para cumplir su pena en libertad.
“Como yo ya hablo en una cámara, salgo a tocar, salgo con mis amigos, toco el saxofón, voy por el café; que tengo todo el derecho… eso significa que yo no tuve un daño y que por eso se tiene que calificar por lesiones”, dijo María Elena Ríos.
En abril pasado, el Senado modificó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, para tipificar como violencia física los daños por ataques con ácidos y sustancias tóxicas, con penas hasta 13 años de cárcel.
Para María Elena aún falta mucho en la protección y resarcimiento del daño para las víctimas de ataques con ácido.
“Ya pasaron tres años y me siento cansada, pero no me voy a rendir”, puntualizó la entrevistada.
