La menstruación es un proceso natural del cuerpo de las mujeres, durante casi 40 años de su vida.
Aunque en México, de acuerdo con el INEGI, alrededor de 63 millones de personas menstrúan, no todas pueden comprar toallas, tampones o copas, ya que su costo, para muchas de ellas, es inalcanzable.
Danit Barajas, partera que sirve a mujeres de varias comunidades de Michoacán, durante seis años no pudo adquirir dichos productos, ante las carencias económicas de su familia.
Mi mamá nunca tenía dinero para las toallas porque ella decía que era dinero tirado a la basura y no iba a gastar en toallas e iba a quitar algo de la despensa para comprar toallas, no. Era como un lujo”.
Danit tuvo que hacer sus propias toallas, con tela de ropa que ya no usaba.
Vas buscando algunas telas que ya no sirvan mucho, como ropa que ya no, pero que sea cómoda, pues buscábamos las telas más suavecitas y así hacíamos”.
Al empezar a trabajar, pudo comprar sus primeras toallas sanitarias.
Las toallas las empecé a usar hasta que estaba de 18 años, porque iba a la prepa y usaba los trapitos, entonces ya yo trabajaba, tenía mi dinero”, agregó Danit.
A la falta de acceso a esos productos y a la desinformación sobre ese proceso, se le conoce como pobreza menstrual.
Aunque en México no hay datos oficiales para saber cuántas personas se enfrentan a esta situación, hasta 2018, el Coneval estimaba que casi 43% de las mujeres viven en condición de pobreza.
Adela es otra mujer que siempre ha utilizado toallas de tela. Tradición que pasó de generación en generación, por ser la opción más económica.
Si haces tú toalla de franela, te sale más económico porque también puedes lavarla y sabes que cantidad es de tu sangrado y eso también nos ayuda”.
La pobreza menstrual puede orillar a las personas a utilizar periódico, papel higiénico, cartón y hasta plástico, poniendo en riesgo su salud.
Hay comunidades que no cuentan con el recurso, más con lo de la pandemia, muchos se quedaron sin trabajo las mamás le buscan la forma de que, si ocupan toallas sanitarias, buscarlo”, agregó Adela.
A pesar de que son productos indispensables para quienes menstrúan, en nuestro país no se consideran artículos de primera necesidad, reforzando la desigualdad de género.
Pagamos 16 por ciento de impuesto en tollas, tampones, etc., cuando es una condición fisiológica y que los hombres no pagan, es un impuesto injusto porque no podemos no comprar estos productos porque es algo que nos pasa y, por ende, es una obstaculización de derechos”, Anahí Rodríguez, vocera del colectivo Menstruación Digna.
En promedio, una persona menstrua cinco días cada mes. considerando que se recomienda el cambio de toallas o tampones cada cuatro horas; mensualmente utiliza de 20 a 30 toallas. y a lo largo de los 38 años que dura la menstruación, tiene que usar alrededor de 13 mil.
Si cada toalla cuesta hasta 3 pesos, según la Profeco, el gasto total de una sola persona sería de entre 27 mil y 40 mil pesos, durante toda su vida.
Los productos menstruales no pueden tasarse como bienes de lujo porque son de primera necesidad”, Lisel Lifshittz, directora ejecutiva de Mujeres Aliadas de Michoacán.
Por ello, el pasado 2 de marzo, el Congreso de Michoacán aprobó la ley de menstruación digna. Para que estudiantes de escuelas públicas accedan sin costo a estos productos. Es la primera ley de este tipo en México.
En la siguiente entrega, le detallaremos de qué manera esta legislación contribuirá a reducir la brecha de género en el país.