Algunos derivados de la cannabis son útiles para el tratamiento de enfermedades.
Por ejemplo, el estrés post traumático de personas que volvieron de la guerra o fueron víctimas de secuestro, la falta de movilidad y dolor a causa de la esclerosis múltiple, pacientes con anorexia o con cáncer que pierden el apetito.
La persona con fibromialgia, que ha tenido un infarto cerebral y queda con el cuerpo, que no lo puede mover, pero le duele’’, dijo María Fernanda Arboleda, experta en cannabis y anestesióloga.
Pacientes que convulsionan múltiples veces al día,100, 200, 300 400 convulsiones al día, las mamás de estos niños pierden la cuenta de cuántas veces ha convulsionado.
Margarita es madre y cuida de Carlos, joven de 18 años que presenta epilepsia farmacorresistente, su organismo no responde a los medicamentos.
Tuvo falta de oxígeno al nacer, esto lo llevó a un paro cardiorespiratorio y a enfrentar epilepsia desde que lo sacaron del paro’’, aseguró Margarita Garfias.
“Imagínate tener a un niño sedado, a un niño que no responde a estímulos, que no puede conectarse con el entorno, esto debido al daño neurológico, como tantos fármacos que estaba tomando para poder tratar de controlar las crisis”, agregó.
Emprendieron la búsqueda de diferentes terapias y medicamentos, sin obtener resultados favorables.
Debido a sus crisis incontrolables, Carlos era hospitalizado al menos dos veces al año, hasta que conocieron el THC medicinal y el CBD, sustancias psicoactivas del cannabis, que, de entrada, reducen intensidad y frecuencia de las crisis.
Cuando era muy chiquito, llegaba a tener cientos de crisis en un día. Conforme van creciendo, van cambiando los tipos de crisis, al final, cuando recurrimos a los derivados, tenía algo que se llama ausencias, es como si te desconectaras, te quedas en blanco’’, comentó Margarita Garfias.
A partir de que el comienza a consumir cannabis, comienzan a reducirse los fármacos, él comienza a conectarse, comienza a interactuar, comienza a vivir.
Reforma de ley
En 2017, se publicó una reforma de ley que reconoce los derivados de cannabis como útiles en el tratamiento de algunos padecimientos.
Sin embargo, en México, no existe, a la fecha, un mercado establecido sobre los medicamentos específicos para uso en algunas enfermedades.
¿Qué hace falta? Fracciones arancelarias. La Secretaría de Economía tiene todavía como prohibidas las fracciones arancelarias en materia de cannabis que se requieren para poder importar productos terminados, materia prima y semillas’’, consideró Margarita Garfias.
La solución de Margarita, hacer ella misma los productos que necesita Carlos.
Sin embargo, está latente el temor de ser criminalizada por cultivar cannabis y producir el medicamento.
No se vale vivir con el miedo a que te criminalicen porque lo que haces, porque todo el sistema te ha negado medicamentos que puedan ayudar a tu hijo’’, afirmó Margarita Garfias.
Recurrió a dos amparos, uno para cultivo personal, con fines adultos y sin fines de comercio.
El segundo, para que se considerara el derecho de Carlos a obtener los medicamentos necesarios para mejorar su calidad de vida.
La doctora María Fernanda explica que en México, la falta de un mercado reglamentado, limita también la labor de su gremio.
Hoy necesitamos hablar en México de tratamientos reales, a base de cannabis o de cannabinoides que nos garanticen a los profesionales de la salud que no que le estamos dando a nuestros pacientes sí es lo que dice la etiqueta’’, mencionó.
Quien nos garantiza que ese producto está libre de contaminantes.
Hoy sabemos que a la planta de marihuana le crecen hongos, bacterias, se usan pesticidas, metales pesados, contaminantes que no nos podemos dar el lujo de pasarle a nuestros pacientes.
Margarita se pregunta qué pasará el día que no pueda producir el medicamento para Carlos.
Hacer un llamado, a los legisladores, a las legisladoras, que antes de legislar platiquen con los pacientes, con las familias, para que de verdad se enteren del calvario en el que vivimos y que no sigan pensando que la cannabis medicinal ya es legal y es de fácil acceso’’, señaló Margarita Garfias
Las discusión pendiente en el Senado de la República contempla el establecimiento de reglamentos que, además, de permitir la regulación de los productos con psicoactivos derivados del cannabis y la obligatoriedad de las autoridades correspondientes de fijar costos arancelarios para estos productos y que por fin, realmente se puedan comercializar, importar y adquirir.