Leydy Pech es una apicultora maya del municipio de Hopelchen, en Campeche. La conocen como “la dama de la miel”, desde pequeña aprendió el arte de cuidar abejas y se convirtió en una conservacionista innata.
Este lunes recibió el Premio Ambiental Goldman para la región de América del Norte, una de las distinciones más prestigiosas para reconocer a los defensores de la naturaleza y el medio ambiente en seis distintas regiones del planeta.
El premio significa reconocer, reconocer esta lucha, este esfuerzo, este trabajo, esta colectividad. Creo que eso es algo muy bonito de lo que nos da el premio, pero creo que el premio solamente llega en este momento para fortalecer nuestra lucha, esta lucha que nosotros sabemos y tenemos mucha claridad de que nuestra lucha es larga”, expuso Leydy Pech.
El premio es por su ardua labor para proteger a las abejas a través de batallas legales contra el uso de pesticidas y la siembra de soya transgénica en el sureste mexicano.
Leydy es una de las voceras del colectivo de comunidades mayas de los chenes, quienes desde hace décadas buscan medios de producción compatibles con el ambiente y el desarrollo sustentable. Para ellos, luchar por la protección del bosque tropical, es la vida.
Aquí nosotros lo tenemos porque nos sirve a nosotros para vivir, lo usamos, yo necesito el bosque, yo necesito el agua, yo necesito la planta medicinal, yo necesito mi semilla criolla porque de eso vivo, de eso dependo”, agregó.
Si bien los esfuerzos colectivos han logrado revertir los permisos de sembrar soya genéticamente modificada en siete estados del país, alerta, aún hay mucho trabajo por delante.
En esta parte del monitoreo, inspección, vigilancia, no se está llevando a cabo. Hasta el día de hoy en mi municipio de Hopelchen, actualmente en este momento se está cosechando la soya, se está comercializando la soya, se sigue deforestando, ha aumentado la deforestación, ha aumentado el uso de plaguicidas, ha aumentado la muerte de abejas y por consiguiente se sospecha que ya tenemos también el maíz transgénico”, finalizó la ganadora del Premio Ambiental Goldman.