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Mujeres mazahuas son capacitadas en Edomex para producir hortalizas orgánicas

La comunidad de Calvario del Carmen se ha visto beneficiada al complementar el monocultivo de maíz con fines de autosustento, con verduras orgánicas como calabaza, brócoli, col o perejil

Para generar oportunidades de desarrollo productivo, económico y de bienestar familiar, la Fundación “Por un Campo Productivo”, implementó un proyecto en el cual mujeres mazahuas del Estado de México, son capacitadas en la producción de hortaliza orgánica.

De esta manera, en la comunidad de Calvario del Carmen, municipio de San Felipe del Progreso, la organización se dio a la tarea de seleccionar a un grupo de mujeres mazahuas para integrarlas en procesos de formación y capacitación para promover la autogestión productiva.

La comunidad se ha visto beneficiada al complementar el monocultivo de maíz con fines de autosustento con verduras orgánicas como calabaza, brócoli, col, perejil, cilantro, tomate, cedrón, acelgas, betabel y rábanos, entre otros productos de hortaliza, de los cuales se recogen en promedio al menos tres kilos diarios en cada huerto familiar.

Estamos en el Huerto Escuela de Calvario del Carmen, centro, en donde nuestras beneficiarias se capacitan en temas agronómicos y con los conocimientos que desarrollan, replican en sus viviendas y en sus terrenos, huertos familiares para contribuir a la seguridad alimentaria y en un segundo momento generar excedentes susceptibles de comercialización”, informó Alberto Ruiz Ferrer, representante legal de la Fundación “Por un Campo Productivo”.

Mientras las mujeres mazahuas reciben instrucciones de una joven ingeniera agrónoma, retiran con sus manos las malas hierbas, remueven la tierra con el azadón y, casi como acariciándolas, retiran las ramas secas de donde obtendrán las semillas para la próxima siembra.

Nuestro único objetivo es contribuir al desarrollo sostenible de localidades rurales indígenas que lamentablemente se encuentran en situación de pobreza, marginación y vulnerabilidad al cambio climático”, afirmó Ruiz Ferrer.

El huerto no sólo contribuye a alimentación y el desarrollo económico; es también un aliciente emocional para las que participan del proyecto.  

Cuando yo me despierto, veo mi huerto y como que me siento, ora sí, me da muchos ánimos, como que me hace crecer. Pues me da mucho gusto de vivir aquí en el campo porque soy una persona que me gusta trabajar del campo”, expresó Inés Gutiérrez Mercado, beneficiaria del proyecto de hortalizas orgánicas.

Los vegetales de la huerta pueden ser consumidos por la propia familia, lo que ayuda a que haya más variedad nutricional, o también se seleccionan algunas verduras y manojos de cilantro y perejil para su comercialización en una tienda de productos orgánicos.

 Mis productos, pues yo les digo a las personas que me compren verduras, porque son verduras más sanas, que son orgánicos, que nosotros mismos lo estamos fertilizando, ora sí con tierras orgánicas, sin ningún químico, para que ellos se animen, ora sí, para que se alimenten con una verdura más sana”,  agregó Inés.

El proyecto de las hortalizas orgánicas de Fundación “Por un Campo Productivo” beneficia de manera directa a 400 mujeres mazahuas, lo que se traduce en más de 3 mil beneficiados indirectos.

Fundación “Por un Campo Productivo” es una Institución de Asistencia Privada (IAP) legalmente constituida ante la Junta de Asistencia Privada del Estado de México (JAPEM), organismo sectorizado a la Secretaría de Desarrollo Social, que tiene por objetivo atender las causas de la pobreza rural indígena con innovación en modelos de producción sustentable en el Estado de México.

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