Financiera para el Bienestar, antes Telecomm, conmemoró 16 años del Museo del Telégrafo, un lugar lleno de historia de las telecomunicaciones en México.
El telégrafo fue un instrumento que ayudó en el desarrollo social de las comunidades y que hoy representa una oportunidad para el crecimiento social y económico de las mujeres, afirmó la directora de la financiera, Rocío Mejía.
“Si bien es cierto que este invento revolucionó la historia de la tecnología, en la historia social y económica también dejó un impacto positivo, tal es el caso de la participación de las mujeres en las telecomunicaciones”, dijo Rocío Mejía.
Agregó que hoy, este organismo sigue brindando atención en comunidades rurales, donde el mayor servicio es el de giros de remesas, el cual beneficia a miles de familias marginadas, encabezadas en su mayoría por mujeres.
“La participación de las mujeres en cada una de esas líneas, nos ayuda a pensar y construir un futuro más sostenible para todas y para todos, nos motiva a impulsar el desarrollo y la participación de las mujeres a trabajar en la igualdad de oportunidades para un mañana sostenible y a trabajar en la inclusión financiera con perspectiva de género”, agregó Rocío Mejía.
¿Sabes cómo nace el Museo del Telégrafo?
El Museo del Telégrafo se fundó el 22 de noviembre de 2006 en una sección del inmueble que ocupa el Museo Nacional de Arte, con el objeto de mostrar la historia de las telecomunicaciones en México.
De belleza arquitectónica excepcional, el inmueble es muestra arquitectónica del estilo ecléctico en nuestro país. El trabajo realizado específicamente en el Salón de Telegramas muestra la hermosa Alegoría de las Comunicaciones.
Este edificio fue construido entre 1904 y 1911 para albergar a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, dependencia que ocupó el lugar hasta 1955. Una parte del edificio fue ocupada por la Central Telegráfica y el Sindicato, y la otra permaneció sin utilidad.
En 1973 se instaló aquí el Archivo General de la Nación, cuyo acervo fue trasladado en 1981 al Palacio de Lecunberri. Ese mismo año, por decreto presidencial se ordena la expropiación del edificio para que ser destinado al Instituto Nacional de Bellas Artes.
La Central Telegráfica abandona el edifico en el año 2000, lo que da oportunidad de crear lo que actualmente se conoce como Museo del Telégrafo.