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NAIM, el aeropuerto cancelado, hoy está inundado

Todo esto propicia la recuperación de un ecosistema lacustre muy impactado, pero que en esta temporada de lluvias, renace.

La inundación parcial del extinto perímetro de lo que iba a ser el nuevo aeropuerto internacional de Ciudad de México trajo efectos positivos, en lo que hoy es el Parque Ecológico del Lago de Texcoco.

Abarca el polígono principal del extinto NAIM y varias lagunas que se han formado durante la actual temporada de lluvias.

Se estima que las precipitaciones cubrirán 700 de las 4 mil 500 hectáreas que comprende el Parque. Una sexta parte.

Los recolectores acuícolas encontraron así una fuente de ingresos.

“Ahora sí que nosotros, nada más nos dedicamos a echar en las orillas”, dijo el recolector de ahuautle o hueva de mosquito, Óscar Aduana

La zona abierta al público comprende canchas deportivas, juegos infantiles y es el deleite de ciclistas, aprovechó parte de la infraestructura del cancelado NAIM.

Por ejemplo, las vialidades, que se vuelven un viaje entre pantanos.

Las lluvias inundaron un proyecto inoperante que al mismo tiempo generó vida.

El Valle de México ganó mucho más que un espacio recreativo con la creación del Parque Ecológico Lago de Texcoco.

O el PELT, como suelen llamarle de forma breve, es una parte de la nueva área natural protegida de 14 mil hectáreas, creada en marzo de 2022, y que tiene varias características sobresalientes.

Uno, buena parte de las 14 mil hectáreas pertenecen a diez ejidos mexiquenses, distribuidos en cinco municipios colindantes: la reserva es profundamente social.

Dos, ayuda a preservar la zona como inundable, incluyendo el sitio donde se intentó fallidamente construir un aeropuerto. Así, propicia el retorno paulatino de una sección esencial del antiguo Lago del Anáhuac.

Es tan relevante que este año el PELT se integró a los 2 mil 500 humedales ramsar, de importancia internacional.

Tres, la zona ecológica ahora es más sustentable.

Y es bueno para las 678 especies de plantas y animales documentadas que hay en la zona, para las numerosas aves.

En el polígono donde se iba a instalar la torre de control, las terminales, las plataformas de abordaje y que ahora es la zona Mandie, ahora están inundadas.

La recuperación del agua, no solamente en esta zona, sino en la zona inundables que están dentro del área protegida que abarca 4500 hectáreas, es una recuperación muy favorable, pues permite también a las familias aprovechar los recursos naturales y por supuesto tener una mejor relación con este entorno.

Es elocuente así la labor del señor Óscar Duana, quien limpia alargadas hojas de casuarina, con las que recolecta ahuautle o hueva de mosquitos.

Al preguntársele ¿qué es lo que les brindan los cuerpos de agua, qué tipo de recursos?

Respondió “aquí hay personas que también se dedican a sacar la artemia, que son para los acuarios, ya de la artemia, ha otros que se dedican a pescar el mosco, que es acuática, este mosco es para las aves, para los pájaros”. 

Todo esto propicia la recuperación de un ecosistema lacustre muy impactado, pero que en esta temporada de lluvias, renace.

Lo que ocurre en Texcoco aporta frescura, oxígeno y belleza al centro del país, a este refugio del Gran Valle del Anáhuac.

Con información de Rafael Guadarrama.

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