El Congreso de Nuevo León avaló reformas a la Ley de Patrimonio Cultural del estado para establecer que las peleas de gallos y las corridas de toros se consideren Patrimonio Cultural Inmaterial en ese estado, hecho que provocó la indignación de organizaciones defensoras de animales, como la Organización Unidos por el Bienestar Animal Nuevo.
Dicha organización acusó a los diputados del PRI y PAN de pactar y convertir a Nuevo León en un lugar de crueldad en México.
Para la aprobación en el Pleno solamente se requirieron 30 votos de los 42 diputados, mientras que los diputados Jessica Elodia Martínez y Waldo Fernández, de Morena y la independiente Consuelo Gálvez se abstuvieron de votar.
En contra de la iniciativa votaron los diputados Iraís Reyes, Brenda Sánchez, Sandra Pámanes y Tabita Ortiz, de Movimiento Ciudadano, y el coordinador de la fracción del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) Raúl Lozano.
Por su parte, la diputada Brenda Sánchez, acusó que el Congreso local de pretender imponer la tauromaquia y las peleas de gallos como Patrimonio Cultural Inmaterial sin haber consultado a la sociedad, y añadió que se generaba violencia con ese tipo de acciones, que la violencia no es cultura.