El sacerdote Marcelo Pérez Pérez recibió amenazas de muerte por parte de grupos delincuenciales y políticos desde hace más de 10 años debido a su labor y activismo, pues participaba en las marchas, protestas y denuncias de su pueblo, apuntó el periodista Isaín Mandujano en entrevista con Once Noticias Matutino.
“Desde hace 10, 12, 13 años, el padre había recibido amenazas de muerte de grupos delincuenciales, de grupos políticos, de grupos que controlan actividades ilícitas, ¿por qué el padre Marcelo? porque el padre Marcelo no [limitaba] su fe y su devoción a las cuatro paredes de una parroquia”, explicó.
En su opinión, el padre Pérez Pérez, a diferencia de otros sacerdotes, salía a las calles con su estandarte de la Virgen de Guadalupe y caminaba junto con las personas en sus marchas, protestas y denuncias (contra la proliferación de cantinas o el aumento del consumo de drogas) con el propósito de demostrar su fe, apoyo y vocación.
Pérez Peréz era un párroco que estuvo 10 años en la parroquia de Chenalhó y Simojovel, pero los últimos tres años estuvo en la parroquia “Templo de Nuestra Señora de Guadalupe” en San Cristóbal de las Casas.
🚩 #AlertaOnce | “El padre Marcelo Pérez tenía muchas amenazas de muerte. No andaba con guardaespaldas y era un hombre de fe”: Isaín Mandujano (@isain), periodista.@lumiery y @angelicariverah en #OnceNoticiasMatutino pic.twitter.com/YIBqsujqJA
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Esta labor de defensa y de convertirse en un líder en la resistencia contra el crimen, “le trajo, evidentemente, conflictos con grupos que controlan estos negocios” y las amenazas contra él aumentaron, estas provenían desde diversos poblados en Chiapas.
Pese a ello, el padre nunca consideró tener guardaespaldas porque era un “hombre de fe”.
“Un hombre de fe […] un hombre inquieto que salía a abrazar las causas sociales, era parte del movimiento de defensa de la vida y el territorio, era un párroco que era más que un sacerdote, era un activista, un defensor de derechos humanos”, apuntó el periodista.
Asimismo, apuntó que en el barrio de Cuxtitali, donde el pasado 20 de octubre el padre Pérez Pérez fue asesinado tras oficiar una misa en una parroquia, hay grupos que se disputan el agua y el territorio mientras que en San Cristóbal las Casas han proliferado sicarios que se rentan “al mejor postor”.
Es necesario recordar que el pasado 20 de octubre, el sacerdote Marcelo Pérez Pérez perdió la vida cuando dos sujetos, a bordo de una motocicleta, dispararon en varias ocasiones contra su automóvil, luego de oficiar una misa en la parroquia de Cuxtitali, Chiapas.
🚩 #AlertaOnce | “San Cristóbal, Chiapas, es una ciudad donde han proliferado sicarios que se rentan al mejor postor. Al rededor de 10 pandillas se movilizan en la entidad”: Isaín Mandujano (@isain), periodista.@lumiery y @angelicariverah en #OnceNoticiasMatutino pic.twitter.com/teizqToj5K
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Mandujano estimó que alrededor de 10 o 12 pandillas se movilizan, mejor conocidas como “motonetos”, tan sólo en San Cristóbal de las Casas. Esta situación ha aumentado la venta de armas, tráfico de actividades ilícitas, así como un sinfín de delitos más.
Por lo que, destacó que “cualquiera que quiera [poner] en riesgo tu vida, puede hacerlo con total impunidad”.
Desde su perspectiva, Chiapas se mantiene en “una espiral de violencia” que ha dejado miles de personas desplazadas, asesinadas y desaparecidas. Esta situación es otra de las razones que propiciaron la muerte del padre Pérez Pérez.