Un camino todavía en construcción conduce a un proyecto llamado Xibalbá, parque recreativo que ha sido suspendido por el Gobierno Federal debido a que se desarrolla al margen de la ley.
Se localiza en el pintoresco municipio de Valladolid, Yucatán, en un área rural que colinda con dos comunidades mayas: Yalcobá y Xtut.
La historia de este complejo supuestamente “ecoturístico”, es turbia, y contrasta con joyas prístinas propias de la zona que busca explotar una sola empresa asociada al Grupo Xcaret, del empresario Miguel Quintana Pali.
Xibalbá, vocablo maya que alude al inframundo, se ha promovido como un paraíso de cenotes, sin embargo, es un edén completamente artificial.
Atenta contra el suelo kárstico, característico de la Península de Yucatán, cuyos minerales solubles han propiciado la aparición de un sistema de cuevas y cenotes únicos e invaluables.
“Todo el país debe reconocer que la península de Yucatán tiene un origen sedimentario, un origen geológico sedimentario, es muy diferente al resto del país que son zonas montañosas, zonas volcánicas y en cambio en la península, pues se considera como una gran plataforma, pero es una plataforma con sedimentos marinos que hizo que se generaran rocas que se pueden disolver. Son únicas, es muy difícil encontrar una cueva o un cenote igual a otro, las formas que tienen y el funcionamiento ecológico, es muy importante”, explicó Yameli Aguilar Duarte, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap).
¿Qué es el desarrollo ecoturístico Xibalbá?
Xibalbá es un proyecto de la empresa Xenotes Mágicos SA de CV, asociada al Grupo Xcaret.
Pertenece al empresario Miguel Quintana Pali, “El rey Midas de El Caribe”, y a sus hijos David Kaukaha Pali Quintana Morones y Luis Miguel Quintana Morones.
Miguel Quintana Pali es un controvertido empresario, debido al negro ambiente de los parques recreativos de Grupo Xcaret en Quintana Roo. La calidad de sus servicios, además, quedó en entredicho tristemente tras la muerte de un niño que quedó atrapado en el conducto de succión de una atracción acuática.
“Se hablaba de modificaciones a cenotes, sabíamos que no había permisos como ciudadanos que tenemos derecho a conocer qué pasa en nuestro territorio, sabíamos que no había permisos de éste y otros proyectos; sin embargo, seguía desarrollándose, era como un secreto a voces, o sea el proyecto ya estaba, se estaba desarrollando, se estaba construyendo, se estaba destruyendo el ecosistema”, explicó Joaquín Aguilar Chan, de la asociación Promotora del Ambiente Sustentable A.C.
¿Quién autorizó Xibalbá?
El complejo cuenta con dos autorizaciones del Gobierno estatal de Yucatán. La primera se otorgó en 2016, por la administración del priista Rolando Zapata Bello.
En 2021, la gestión del actual mandatario de extracción panista, Mauricio Vila Dosal, otorgó un segundo permiso para la extensión de la obra.
Aunque Xibalbá en años recientes había cobrado fama, cuando comenzó el desarrollo se escuchaba muy poco de él, era casi como un rumor.
“Yucatán tiene un reglamento de Cuevas y Cavernas para el Turismo, y en ese reglamento menciona la prohibición de modificar los cenotes, y en caso de hacer algún tipo de acceso que sea lo más rústico, lo mejor planeado, para impactar lo menos posible la forma natural y el agua que contiene como tal, y esto no se aplicó para Xibalbá”, comentó Yameli Aguilar Duarte, del Inifap.