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Fueron 65 mineros los que perdieron la vida en Pasta de Conchos. Hay nombres y rostros vinculados a la impunidad, a lo que se suma una incansable demanda de justicia.
Los hechos ocurridos el 19 de febrero de 2006 se vinculan a ciertos personajes responsables. Entonces los trabajadores quedaron sepultados, perdieron la vida y se dejó en el desamparo a sus familias.
El presidente de México era Vicente Fox. Y minimizó cuestionamientos sobre su responsabilidad en los hechos.
“Al Gobierno le hicimos varios escritos para que nos atendiera, ningún gobierno, porque Fox, estaba Fox cuando fallecieron ellos, nunca vino”.
María Trinidad Cantú, madre de una de las víctimas
Primeras indagatorias
En 2007, un año después del desplome, una comisión especial de la Cámara de Diputados para investigar los hechos determinó que el entonces presidente era el principal responsable, pero no el único.
La exdiputada federal, Vanessa del Castillo, quien formó parte de la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la legislatura pasada, explica que las familias fueron desatendidas por Fox, pero también por sus sucesores en la presidencia, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
“A 15 años, las familias tienen derecho a sepultar a sus seres queridos, no hay razón técnica que lo impida”, describe.
Advertencias ignoradas
Desde el inicio de su sexenio, en el año 2000, Fox supo de los riesgos de la mina y no hizo nada. Por una razón que identificó el informe legislativo correspondiente: proteger los intereses del dueño, el empresario Germán Larrea.
Vinculado también al derrame en el río Sonora, el millonario fue uno de los empresarios que más dinero aportó a la campaña presidencial de Fox, en la que derrotó al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Francisco Labastida.
Impunidad continúa
En el sexenio siguiente, la impunidad continuó y el presidente Calderón mantuvo la protección al empresario Larrea, en colaboración con su titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano.
El entonces funcionario federal tejió una campaña para evitar que se emprendiera el rescate de los cuerpos de los mineros atrapados en Pasta de Conchos.
En ello contó con la complicidad de un grupo de académicos concentrados en torno al Foro Consultivo, Científico y Tecnológico, un organismo colegiado que funcionaba para apoyar y asesorar a la junta de gobierno y la dirección general del viejo Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Fue el Foro Consultivo el que recomendó no hacer rescate alguno en la mina de Pasta de Conchos.
La defensora de derechos humanos Cristina Auerbach lo recuerda: “No es un evento único, ya habían muerto tres mil antes de Pasta de Conchos, (lo que) muestra la total indolencia del Estado y de los empresarios”.