Martha rompió la barrera de silencio y miedo a sus 45 años, cuando por primera vez en su vida manifestó su orientación sexual a las personas que más le importaban: sus hijos.
A sus 58 años, narró a Once Noticias el rechazo que enfrentó de familiares y conocidos.
“Mi madre tardó 5 años en poder hablar conmigo cuando se enteró. Tuve rechazo en mi trabajo, perdí mi trabajo cuando se enteraron que yo era lesbiana, y a algunas amistades que no lo eran, finalmente. En la actualidad seguimos estando limitadas en muchos aspectos sociales y en muchos servicios que necesitamos”, señaló Martha Serrano, habitante de Mérida, Yucatán.
Invisibilización, rechazo social y falta de servicios son factores que generan que la población adulta mayor de la comunidad LGBTIQ+ sea una de las más vulnerables en el país.
También hay historias como la de Alejandro, quien se dio cuenta de su atracción hacia los hombres desde que era muy joven. Por años tuvo que callar lo que sentía y ahora, a sus 80 años, considera que la discriminación sigue latente.
“Hay muchos lugares en los que las cosas siguen siendo muy tradicionales y se sigue discriminando mucho a la homosexualidad y a muchos grupos que se diferencian de la sociedad” señaló Alejandro Neyra, habitante de CDMX.
Especialistas consideran que en México no existen políticas públicas suficientes que atiendan las necesidades de la población LGBTIQ+, como servicios médicos especializados, acceso a lugares de retiro para cuando ya no pueden depender de sí mismas, fomentar su participación en las comunidades y capacitar a servidores públicos que les atiendan.
“No existen los servicios educativos, de Gobierno. En general, una serie de medidas que estén destinadas a las personas viejas mayores y, segundo, no hay para personas LGBT, y si sumas esto es una suma de vulnerabilidades”, mencionó Héctor Salinas, coordinador del Programa de Estudios en Disidencia Sexual, UACM.
En respuesta a esta problemática, en la Ciudad de México se ubica el único albergue gratuito del país que ayuda a las y los adultos mayores LGBTIQ+. Es la organización civil “Casa Vida Alegre“.
“El adulto mayor heterosexual, los abuelos están abandonados, no les dan la atención que deberían necesitar, los tienen marginados o aislados a menos que tengan dinero. El adulto mayor LGBTTTI somos invisibles, nadie sabe que existimos”, dijo Samantha Flores, fundadora de Lateus Vitae, Vida Alegre.
La lucha es por vivir la vejez diversa en libertad.