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Por años, la SCJN fue sinónimo de lujo y despilfarro

Entre los gastos excéntricos que se tienen registrados en la Corte, están cursos de canto y piano, y compra de figuras decorativas.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) durante décadas fue sinónimo de suntuosidad y despilfarro.

Además de los altos salarios y camionetas blindadas, muestra de ello son los procesos de contratación de recursos materiales, en su mayoría con adjudicaciones directas, y en artículos que no siempre están justificados en el desempeño de las personas juzgadoras.

Por ejemplo, en el servicio de estacionamiento para los cinco edificios sedes de la SCJN, se alquilan mil 340 lugares con un costo diario de 80 a 100 pesos cada uno, para un total anual de 29 millones pesos.

Y aunque suene curioso, también hubo licitaciones para contratar cursos de canto y piano, los cuales se cotizaron en 19 mil pesos.

También se compraron figuras decorativas de Themis, “Diosa de la justicia”. En 2023 se adquirieron 50 piezas con un costo de mil 450 pesos cada una, para un total de 72 mil 500 pesos, más IVA.

Se erogaron recursos públicos en 20 placas de bronce para identificación de las oficinas de los servidores públicos o recintos de la Suprema Corte, con un costo de 12 mil 680 pesos cada una. Aunque hay otras de vidrio templado, latón, acrílico y vinil, por lo que en total se cotizaron 369 mil pesos.

Foto: SCJN.

Contrataciones en dólares y acondicionamiento físico

Se tiene registro de que se realizaron contrataciones en dólares, entre ellas, el Servicio de Plataforma de Monitoreo de Redes Sociales, el cual se cotizó en 18 mil dólares. Si se hace la conversión con valor de 19.80 pesos por dólar, suman 356 mil 400 pesos.

Una de las licitaciones más onerosas es la adquisición de 600 folders impresos tamaño oficio, color gris, con un costo, cada uno, de 78 pesos, además de otros mil folders impresos tamaño oficio, color beige, a 75 pesos cada uno, sumando 141 mil 288 pesos.

Uno de los servicios de lavandería y planchado que se contratan año con año, y donde se limpian y desarrugan desde manteles hasta corbatas, entre otro, se cotizó en 444 mil 535 pesos.

Y otra cosa inexplicable dentro de las contrataciones de la Corte, es un taller de acondicionamiento físico para personal activo, con 61 sesiones de una hora, es decir, se pagaron 450 pesos por cada una, para un total de 26 mil 169 pesos.

Todas estas excentricidades fueron pagadas con el dinero de las y los mexicanos.

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