Después de tres días de estire y afloje en el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Juan Luis López García, Héctor Muñoz Muñoz y Gonzalo García Hernández, protagonistas de la serie documental “Duda razonable”, durmieron en casa luego de siete años en la cárcel acusados de secuestro y con una condena de 50 años…
Injusticia que, sin su exhibición en Netflix, quizá no hubiera tenido esa resolución.
“Creo que es fundamental que una historia sea ampliamente compartida, si la historia no es ampliamente compartida no hay manera de que sea conocida y de que la emoción que engendra de indignación, obligue a las autoridades a actuar o hacer algo diferente o a nuestros políticos a reformar alguna ley”, sostuvo Roberto Hernández, documentalista.
Un buen cierre para la gestión del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar quien tuiteó: “hoy ha sido un gran día. Todos los derechos para todas las personas”. Lo que para el documentalista es apenas un principio:
“Aquí hay luces y sombras. Luces porque intervino Layda Sansores, gobernadora de Campeche y atrajo el caso a la atención del presidente, a través de Adán Augusto, luces porque salieron libres, finalmente la SCJN tomó una decisión de ponerlos en libertad; y sombras porque la Corte no pudo generar todavía un criterio unánime en el que no es necesario apelar para acudir al amparo a pesar de que tienes este absurdo de cárcel automática”.
Sin perder la esperanza en reformas prácticas en el sistema de justicia y mejores condiciones para los policías, Roberto Hernández se animó a lanzar una provocación a cineastas y documentalistas por abonar al cambio de paradigma.
“Es una fórmula, cualquiera puede hacerlo, sólo se necesita paciencia y seguir a un abogado en un caso durante dos o tres años, cuatro, cinco o siete años, pero nada más”, concluyó Roberto Hernández.