Este lunes más 70 mil trabajadores del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) fueron convocados para elegir a su nuevo líder. Un proceso al que se llamó, luego de que terminaran más de 26 años de corrupción y coacción en los que reinó el exdirigente, Carlos Romero Deschamps. Por primera vez en su historia, el sindicato petrolero, dividido en 36 secciones, celebró elecciones a través del voto electrónico y bajo supervisión de la Secretaría del Trabajo, la cual dispuso del sistema remoto de votación laboral para que los trabajadores en activo y jubilados pudieran votar desde su centro de trabajo, plataformas petroleras o desde casa. La secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, garantizó que los 26 aspirantes tendrían piso parejo, tanto que, incluso, fueron invitados por el presidente López Obrador para exponer sus propuestas durante la conferencia mañanera. En este proceso dos personajes fueron señalados por su historial negro de corrupción y por su cercanía con Romero Deschamps: Ricardo Aldana y César Pecero. En el año 2000, precisamente, Ricardo Aldana, en su calidad de tesorero del sindicato, fue el encargado de entregar de manera ilegal al PRI más de mil millones de pesos para la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa, en el llamado “Pemexgate”.
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