Este 18 de marzo se conmemora el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera en México., pero, ¿qué se recuerda exactamente?
México es uno de los países líderes en exportación de petróleo, hidrocarburo que hoy día es propiedad de la nación, y la fuente de energía más utilizada en todo el mundo.
Pero para llegar a eso, nuestro país tuvo que pasar por un proceso de transformación que derivó en cambios históricos sobre la administración de ese combustible fósil.
¿Qué paso?
Entre huelgas, manifestaciones y un apetito voraz de las empresas extranjeras por el crudo mexicano, el 18 de marzo de 1938, el entonces presidente de México, Lázaro Cárdenas del Río, sentó la base para el desarrollo petrolero de nuestro país hasta la actualidad.
El primer mandatario expidió el decreto de la Expropiación Petrolera, para que el hidrocarburo que explotaban las 17 compañías extranjeras, que controlaban la industria, pasara a ser propiedad de la Nación.
De esta forma, el Estado mexicano tendría control total sobre la producción y comercialización del petróleo en territorio nacional, es decir en mar y tierra.
Lo anterior resultó en que el Gobierno obtuviera más recursos económicos, con lo cual se fortalecieron las finanzas públicas, y al tener buenos ingresos la actividad económica del país tuvo un incremento significativo.
La disposición consistió en la expropiación legal de maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, estaciones de distribución, embarcaciones, oleoductos y todos los bienes muebles e inmuebles de las empresas extranjeras petroleras.
La razón principal de ese embargo fue la constante negativa de las compañías de mejorar las condiciones salariales y laborales de los empleados.
Respuesta empresarial
La nueva administración encabezada por el Estado mexicano enfrentó dificultades desde sus inicios.
Las y los afectados petroleros aseguraron que el Gobierno mexicano y sus trabajadores no podrían dirigir convenientemente la industria, e incluso lanzaron rumores sobre la incapacidad para pagar salarios durante el periodo de transición.
En el mismo sentido, Estados Unidos bloqueó brevemente las compras de plata mexicana, principal producto de exportación del país, y presionó por la vía diplomática a la administración cardenista.
A la par, las petroleras transnacionales impulsaron el bloqueo a la compra de crudo mexicano en el mercado internacional. Para romper el cerco, México recurrió a mercados alternativos para el petróleo y sus derivados en América Latina, Alemania e Italia.
Ante el panorama bélico por la Segunda Guerra Mundial, Franklin Roosevelt, entonces presidente de Estados Unidos, relegó los intereses de los empresarios reclamantes y rompió el veto al crudo mexicano. Tras lo cual, la Expropiación Petrolera hizo realidad la soberanía nacional sobre sus recursos naturales, establecida en el Artículo 27 de la Constitución.
“Tratándose del petróleo y de los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos, en el subsuelo, la propiedad de la Nación es inalienable e imprescriptible y no se otorgarán concesiones”, menciona el texto constitucional actualmente.
Creación de Pemex
Casi tres meses después de la expropiación -el 7 de junio de 1938- se fundó Petróleos Mexicanos (Pemex) con la finalidad de explorar y explotar los recursos energéticos como el gas y el petróleo en suelo nacional.
Petróleos Mexicanos exportó 953 mil barriles diarios de crudo en el promedio de 2022, lo que implicó una caída anual de 6.3% en relación con 2021, además de que estuvo por debajo del millón de barriles por día y tuvo su menor volumen de venta de petróleo al exterior en los últimos 32 años.
Lo anterior tiene su raíz en que la empresa productiva del Estado buscó reducir sus exportaciones de crudo en 57.3% durante 2022 con miras a cancelarlas para 2023, según ha dicho su director, Octavio Romero Oropeza.
De esta forma, se proyecta que para 2024 la producción de Pemex será para satisfacer el consumo interno y no para vender al mercado exterior. Hasta el día de hoy, Pemex es considerada la empresa mexicana más importante del país.