La presidenta de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Etelvina Sandoval Flores, reconoció el compromiso asumido por las y los maestros mexicanos para continuar con las tareas educativas desde el confinamiento en los hogares y consideró necesario recuperar sus experiencias para mejorar la educación.
- Durante la conferencia magistral “Ser docente en secundaria: antes, durante y después del COVID-19” que impartió ante docentes, subdirectores, directores, supervisores y asesores técnico-pedagógicos de educación secundaria del estado de Veracruz, destacó la creatividad e innovación desplegada por los profesores para la impartición de sus clases.
Al retomar los datos de la encuesta sobre las “Experiencias de las Comunidades educativas durante la Contingencia Sanitaria por Covid-19” (Educación Básica), realizada por Mejoredu, la también académica e investigadora en temas educativos dijo que 99.1% de los docentes de secundaria continuó dando clases y explicó que, para comunicarse con sus estudiantes, los directivos y los docentes hicieron uso de la mensajería instantánea en 81.3% y 81.7%, respectivamente. Sin embargo, señaló que los esfuerzos para contactarse con ellos también se hicieron a través de llamadas telefónicas (63.4% y 54.7%), videollamadas (32.9% y 28.9) y correo electrónico (44.1% y 55.5%).
Al referirse a la situación de las y los docentes de secundaria antes de la emergencia sanitaria, dijo que éstos tenían a su cargo un alto número de alumnos y requerían de mayores apoyos académicos. En el marco de la pandemia, señaló que es necesario reconocer el contexto y las condiciones actuales de organización de la secundaria que plantean problemas diferentes a otros niveles por el número de grupos y estudiantes que cada maestro atiende y el alto número de materias que componen el currículum
La comisionada presidenta de Mejoredu afirmó que para continuar con la educación a distancia es necesario diseñar estrategias de atención diferenciada, por nivel y servicio educativo considerando las principales desigualdades de los estudiantes y sus familias; establecer un currículo de emergencia basado en la priorización y flexibilización de contenidos; ofrecer al personal docente y directivo formación pertinente y de calidad para enfrentar situaciones de riesgo; desarrollar estrategias específicas que apoyen la comunicación, la retroalimentación y la orientación de las actividades educativas; fortalecer las capacidades de acompañamiento de las familias en el proceso educativo de sus hijas e hijos, e impulsar el fortalecimiento de los vínculos afectivos de las comunidades educativas.