En estos caminos semidesérticos del norte de México, prevalece una realidad que duele, pero permite comprender la trascendencia del proyecto “Agua Saludable para La Laguna”.
Recorrer localidades donde el abasto es deficiente, nos permite palpar que en esta región que comparten Durango y Coahuila, urge un recurso imprescindible para la vida: agua potable.
Apenas vino la pipa y mire como esta de sucia, tiene muchos animalitos, así como viboritas, como si fueran lombrices y hay veces que trae mucho moho el agua y sabe mucho a cloro”, María del Rosario García, habitante de Santa Rita Coahuila.
El agua en la región de Laguna es un problema serio.
En Francisco I. Madero, Coahuila, el arsénico ha trastocado la suerte de muchas familias.
Yo tuve a dos hermanos, tres hermanos. A uno le mocharon un pie, a otro los dos y a otro estaba malito de eso. Ha sido por el agua, todas esas enfermedades que han brotado”, Benjamín Ávila, habitante de Finisterre, Coahuila.
Debido a las características del suelo en la región, el agua que se extrae con pozos del subsuelo es muy mineralizada. tiene niveles de arsénico por encima de la norma, lo que representa un riesgo latente y un daño a la salud.
Lo terrible es que, una vez que se extrae ese líquido, no se filtra ni se potabiliza. así, como surge, se distribuye a los hogares.
Por ello, el programa de “Agua Saludable” genera tanta expectación en la zona, pues ofrece una solución a un problema de salud que se ha relegado por décadas.
Evitar este consumo de agua es importante porque hay estadísticas y hay registros de los que están expuestos al arsénico, el hidroarsenicismo en la zona, tienen problemas de cáncer, tienen problemas de riñones”, German Martínez, director general de Conagua.
¿Cómo funcionará “Agua Saludable para La Laguna”?
Parte del agua que se almacena en las presas Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco, alimentarán el nuevo sistema de distribución.
Verterán más agua al lecho que se encuentra entre ellas. Eso generará mayores escurrimientos, que se colectarán un kilómetro más adelante del Cañón de Fernández, en una presa derivadora.
Ahí se colocará una planta de bombeo que enviará el líquido a presión a 11.9 kilómetros de distancia, hasta llegar a la planta potabilizadora.
El agua se canalizará mediante dos grandes tuberías de acero, con mínimo impacto ambiental.
Nosotros vamos a ocupar 3.5 hectáreas para nuestras obras, pero traemos programas de remediación prácticamente para 50 hectáreas, porque prácticamente estaríamos rehabilitando”, Eduardo Aaron Fuentes, director general Cuencas Centrales del Norte, Conagua.
Finalmente, en un gran terreno se colocará la potabilizadora, que permitirá encapsular el arsénico y removerlo del agua y así distribuir 6 mil litros por segundo en la región de La Laguna, en dos grandes tanques.
La obra debe concluirse a finales del 2023. Su inversión inicial es de 11 mil millones de pesos. Lo más importante, beneficiará a más de un millón 600 mil habitantes de la región y a su descendencia.