
El consentimiento es un acuerdo para participar en una actividad sexual. Para que una actividad sexual sea consensuada, las personas involucradas deben estar de acuerdo con tener relaciones, todas y cada una de las veces.
Consentir y pedir consentimiento permite establecer límites y respetar los de la otra persona. En otras palabras, sin consentimiento, cualquier acto sexual es una agresión sexual, sea con una pareja estable o no.
El consentimiento se da libremente y debe ser algo que deseas.
El consentimiento también se da si conoces todos los hechos, por ejemplo, cuando se establece utilizar protección o anticonceptivo y no se usa, no hay sexo consensuado. Debes estar de acuerdo y cómoda con todo.
Asimismo, lo que aceptas es sólo decisión tuya y aunque hayas dicho que sí a mantener algún tipo de actividad sexual, siempre puedes cambiar de opinión y nadie te puede ni debe obligar a hacer algo con lo que no estás cómoda.
Decir que sí a besarse no significa que aceptes mantener relaciones sexuales. Además, el silencio no es consentimiento y la duda tampoco.
De igual forma, decir que sí por presión, insistencia, chantaje o manipulación, no es consentimiento. Estar bajo los efectos de cualquier droga, no permiten dar un consentimiento racional.
Además, cuando una persona está dormida tampoco puede dar su consentimiento y usar determinada ropa, por supuesto que no es consentimiento, ni una provocación a nada.
Tampoco hay consentimiento si una de las personas es menor de edad.
Recuerda, no es no y todas las personas tienen que respetar esos límites.