En un mundo donde los jóvenes cada vez pasan más tiempo en pantallas, se podría pensar que también leen más en este formato, pero no es así.
El estudio “21st-Century Readers”, hecho por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), revela aproximadamente la mitad de los estudiantes de los países que conforman dicha Organización, entre ellos México, estuvieron de acuerdo o muy de acuerdo en que la lectura no es una actividad recurrente pues sólo leen si tienen que hacerlo.
Pero de aquellos estudiantes que sí leen, qué formato prefieren ¿formato impreso o digital?
La OCDE revela que alrededor de 30% de los estudiantes informó leer libros más a menudo en formato de papel que en dispositivos digitales.
Aquellos que leen con más frecuencia en formato digital representan alrededor de 15%, mientras que 13% de los estudiantes consultados en el estudio de la OCDE, dijo leer tanto en formato digital como en papel.
El estudio revela que en comparación con los estudiantes que rara vez o nunca leen libros, los lectores de libros digitales leen por placer unas 3 horas a la semana, mientras que los lectores de libros impresos lo hacen alrededor de cuatro horas semanales y aquellos que equilibran ambos formatos alrededor de 5 horas o más a la semana.
En comparación con los estudiantes que rara vez o nunca leen libros, los estudiantes de los países de la OCDE que informaron leer más libros en papel obtuvieron 49 puntos más en lectura, mientras que los estudiantes que informaron leer libros con más frecuencia en formato digital obtuvieron solo 15 puntos después de tener en cuenta el perfil socioeconómico y el género de los estudiantes y las escuelas.
El desplazamiento del uso de los medios ocurre cuando las personas buscan satisfacer sus usos y gratificaciones a través de los medios digitales, en lugar de medios heredados. Por ejemplo, los estudiantes leen más en línea en forma de chats, noticias en línea y búsqueda de información práctica, y menos libros, revistas y periódicos”, señaló la OCDE.
“En promedio, en los países de la OCDE, los lectores de libros impresos informaron que chatean en línea tanto como los lectores de libros no impresos. La proporción de lectores de libros impresos participa en debates en línea, alrededor de 6 puntos porcentuales menos que los lectores de libros no impresos, mientras que es más probable que busquen información en línea sobre un tema en particular, alrededor de 6 puntos porcentuales más, o busquen información práctica en línea”, indicó.
Lo anterior significa, en otras palabras, que los estudiantes que informaron leer más a menudo en forma impresa, participan en actividades digitales como el chat en línea con tanta frecuencia como los lectores de libros no impresos y se involucran con más frecuencia en actividades relacionadas con la lectura para obtener información.
Asimismo, el estudio de la OCDE revela que en Colombia y México, los estudiantes con ventajas socioeconómicas tienen más probabilidades de leer libros en formato digital, que aquellos estudiantes desfavorecidos.
Las mayores diferencias de género se observaron en Albania, donde 27% de los niños leen en dispositivos digitales, en comparación con 14% de las niñas.
En Marruecos, por ejemplo, los estudiantes favorecidos tienen el doble de probabilidades de leer libros en dispositivos digitales.
En promedio, en los países de la OCDE los estudiantes con desventajas socioeconómicas en 2018 tenían aproximadamente la mitad de la cantidad de libros en casa que solían tener en 2000, mientras que los estudiantes favorecidos tenían esencialmente el mismo número.