Paradojas de la política: siendo fiscal de Morelos, y por ende, el encargado de combatir al crimen y al delito, Uriel Carmona fue durante años un personaje acusado de múltiples y muy diversos delitos mantenidos en la impunidad.
Abogado de profesión, sobre Carmona pesaron por años denuncias puntuales que lo señalaron de tener presuntos nexos con el narcotráfico, de lavado de dinero y de violentar la justicia que se había puesto en sus manos.
Pero eso a Uriel Carmona parecía no importarle, pues durante años se ufanó de ser un funcionario intocable, gracias a la protección que le daban otros poderes.
Primero lo eligió y protegió Graco Ramírez cuando fue gobernador de Morelos. Luego, y ante diversas exigencias para ser desaforado, el Congreso de ese estado le dio también un manto de impunidad.
Y finalmente, cuando se le quiso procesar por obstruir y desviar la justicia en el feminicidio de la joven Ariadna Fernanda, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que preside la ministra Norma Piña, también lo acogió en sus brazos y le brindó su protección para no ser sometido a proceso penal.
De nada valían las pruebas que se presentaban en su contra. Sí, Uriel Carmona se pensaba intocable, y era un ejemplo de impunidad, hasta el día de hoy cuando fue detenido en su mansión de Morelos, donde se encerró a piedra y lodo durante horas para buscar cómo eludir a la justicia. Algo que hoy ya no pudo hacer.
Uriel Carmona Gándara fue propuesto en 2018 para ser Fiscal General de Justicia del estado de Morelos, por el exgobernador perredista Graco Ramírez, y ocuparía el cargo nueve años, hasta 2027.
Sobre Carmona Gándara pesan acusaciones por sus presuntos vínculos con un grupo de narcotraficantes, “Los Rojos”, según refiere el periodista Juan Omar Fierro.
El fiscal morelense se enfrentó con el actual gobernador de la entidad, Cuauhtémoc Blanco, a quien le inició una investigación por presuntos nexos con criminales, lo que dio paso a un enfrentamiento judicial.
Cuauhtémoc Blanco acudió ante la Fiscalía General de la República (FGR) para denunciar la omisión de la fiscalía morelense ante los delitos de delincuencia organizada.
“Voy a seguir luchando en contra de estos narcopolíticos y de los políticos que le han hecho daño al Estado”, dijo Cuauhtémoc Blanco.
También acusó que en Morelos había políticos que pactaron con narcotraficantes, entre ellos Graco Ramírez, el exgobernador que propuso a Uriel Carmona para la fiscalía y al exsecretario de seguridad estatal Alberto Capella.
“Nosotros, junto con el almirante y la mesa de coordinación que cada día tenemos en Morelos, en esa mesa de coordinación se ha mencionado que no pactamos con el narcotráfico, que no pactamos con gente que le ha hecho daño al estado. Estos personajes siempre han sido protegidos de exgobernadores, estos habían impactado y hay audios, hay grabaciones de que Graco pactó y que Capella pactó, yo no me voy a quedar con los brazos cruzados”, dijo el gobernador de Morelos.
La Unidad de Inteligencia Financiera solicitó a la FGR investigar al fiscal de Morelos y a su esposa por el delito de lavado de dinero. Y la Fiscalía General de la República lo acusó de no someterse a los exámenes de control de confianza cuando tomó el control de la fiscalía estatal, por lo que solicitó su desafuero.
Pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) estableció que el fiscal morelense sí tenía fuero, y como ha hecho con muchos delincuentes, le otorgó su protección.
“Se solicitó una orden de aprehensión contra el fiscal y el juez hasta ahora no la ha otorgado, pero al mismo tiempo en la Suprema Corte, no en un juzgado, se desempolvó un expediente para proteger al fiscal, resolvió la corte que no se puede juzgar al fiscal en tanto no se lleve a cabo un juicio político”, mencionó por su parte el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pero el caso que más dudas sembró en torno al desempeño de Uriel Carmona, fue el feminicidio de la joven Ariadna Fernanda, quien desapareció tras una reunión con sus amigos en un restaurante de Polanco, en Ciudad de México y posteriormente su cuerpo fue encontrado en la autopista la Pera-Cuautla.
La Fiscalía de Morelos, según su autopsia, aseguró que Ariadna murió por asfixia a causa de una congestión alcohólica. Uriel Carmona negó que fuera feminicidio.
“No encontramos huellas de violencia en ella. Hasta este momento, la necropsia no es consecuente con un feminicidio”, comentó en aquél entonces Uriel Carmona, pero sabía que mentía.
De acuerdo con una denuncia presentada por la maestra Nelly Ivone Olivares, en el Semefo de Morelos, a donde llegó el cuerpo de Ariadna Fernanda, habrían ocurrido irregularidades con el cuerpo de Ariadna durante la autopsia y se amenazó de muerte a la maestra Olivares si decía algo sobre lo que ahí había ocurrido con el cuerpo. Denunció que Carmona ignoró.
La amenaza fue del conocimiento de Uriel Carmona, quien nunca hizo nada para aclarar esta denuncia ni las amenazas contra la maestra.
Pero la Fiscalía de Ciudad de México intervino y reveló que Ariadna no salió por su propio pie del departamento de su novio. Rautel “N” fue quien sacó en hombros a la joven, que aparentemente ya estaba inerte, y él mismo la trasladó y arrojó en la carretera.
“Esta necropsia estableció que el cuerpo de la joven presentaba diversas lesiones por lo que se determinó que el motivo del fallecimiento fue un trauma múltiple que se clasifica de mortal”, mencionó Ernestina Godoy, fiscal general de Justicia de CDMX.
La entonces jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, denunció que las irregularidades en la investigación no eran gratuitas.
“El Fiscal de Justicia del Estado de Morelos está encubriendo y tratando de tapar un feminicidio, por presuntos nexos entre el feminicida y la Fiscalía General de Justicia del Estado de Morelos”, apuntó Sheinbaum.
Ante ello, Uriel Carmona quiso minimizar el asunto y dijo que las acusaciones en su contra eran por razones políticas.
Hoy está detenido y, si no hay otros personajes o jueces que lo protejan, finalmente conocerá el rostro de la justicia.