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Resiliencia frente a la violencia obstétrica

Lucero Márquez comenta sentirse lista para defender y alzar la voz por los derechos de las mujeres con discapacidad.

Activista, fan de la música, sibarita y con una pasión por el deporte de alto rendimiento, Lucero Márquez es una mujer ciega de nacimiento que resultó ser una visionaria que ha vivido a tope.

En ese andar, Lucero se enamoró y quedó embarazada, sin embargo, esa experiencia, que para muchas mujeres resultan una dicha, para ella se convirtió en un periplo desde el momento en el que fue a una farmacia por una prueba de embarazo.

“La gente tiene muchos estereotipos alrededor de nosotros, luego si vas y buscas pruebas de embarazo o te preguntan para quién son, si es para ti, que fue mi caso y buscas si no hay pruebas accesibles”, contó. 

Unas semanas después de confirmar que estaba embarazada, Márquez sintió una punzada y fue al médico, la pérdida gestacional era inminente y la atención médica careció de todos los protocolos necesarios para contener a una mujer ciega que no sabía lo que estaba sucediendo.

“La falta de conocimiento de las enfermeras, de los médicos, las médicas cuando llega una mujer con discapacidad visual con un sangrado impresionante, qué quieres entender y te preguntan: ¿viene sola? ¿el papá de su hijo?”, detalló. 

En su opinión, se espera que las mujeres con discapacidad deben “llevar una nana o alguien que las cuide” si asisten al médico, cuando ellas son personas que pueden valerse por ellas mismas y ser madres autónomas.

Tras tres años de perder a su bebé, tomó terapias, asistió a cursos y se fortaleció, por lo que ahora, dice, sentirse lista para defender y alzar la voz por los derechos de las mujeres con discapacidad y el trato digno en cualquier situación médica.

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