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Retos de las madres autónomas en México

Retos de las madres autónomas en México

Andrea tiene 31 años, es arquitecta, pero su trabajo más importante, que desempeña desde hace casi 16 años, es ser mamá de Valentina.

Tenía 15 años cuando quedó embarazada, y tuvo que criar sola a esta pequeña bailarina de ballet, pero gracias al apoyo de su mamá y su abuela, pudo terminar la preparatoria e incluso una carrera universitaria.

“Me apoyaba hasta mi mamá, que en ese entonces todavía trabajaba y cuando de plano no había como posibilidad, yo tenía que llevarme a mi hija en brazos a la escuela, me la tenía que llevar a la prepa”, comentó Andrea Fátima Hernández Castilla, una de las muchas madres autónomas que día a día salen a delante en México.

Ser una madre autónoma, a tan corta edad, dice, no fue fácil.

“La verdad sí fue bastante complicado porque yo tenía que repartir mi tiempo entre mi escuela, mis tareas y su infancia. Entonces era un crecimiento académico de ambas, tanto ella iniciando la vida escolar como yo, pues para poder culminar y poder entrar al ámbito profesional”, señaló.

Para doña José, quien actualmente tiene 69 años, criar sola a sus dos hijos, Liliana y Francisco, también implicó muchos retos, primero soportar las críticas de una sociedad conservadora.

Pues de que, si no me daba pena de que tuve a mis hijos sin casarme y sí, cosas así”, mencionó.

Después, la cuestión económica, pues al ser trabajadora del hogar, el dinero no sobraba.

Hoy está en la misma situación que hace cuatro décadas: con todo y sus problemas de salud, tiene que hacerse cargo de su hijo Francisco de 40 años, diagnosticado con la enfermedad de Huntington que le impide trabajar; ahora ella es nuevamente la proveedora de su hogar, vende chicharrones preparados y chamoyadas, además tiene apoyo gubernamental.

“Sí lo tengo, pero de ahí tengo que pagar renta, luz, agua, gas o a veces hasta sin gas nos quedamos. Y luego ya una de mis primas, pues ya se entera, y ya me echa la mano con eso”, comentó Josefina Cruz López.

Su hija Liliana también es madre autónoma. Hace 10 años se separó del papá de sus cuatro hijos, y desde entonces enfrenta los retos de la crianza en solitario.

“De repente la más pequeña me dice ‘es que no estás conmigo’, eso es, yo creo, que lo que más, un poco el reto de poder repartirse en mil pedacitos para poder cubrir todas las partes”, expresó Liliana Cruz López.

Al igual que Itzel, quien se separó del papá de su hija Denisse cuando ésta tenía apenas tres años, ahora debe lidiar ella sola, no sólo con el reto de la crianza sino también de la dislexia y problemas de lenguaje y aprendizaje de la pequeña.

“Sí, es difícil porque para empezar tienes que ver quién te la va a cuidar, quién la va a recoger a la escuela, si come, si se enferma, ¿quién la va a ver?, y pues es difícil estar en dos lugares al mismo tiempo”, relató Itzel Fabiola Juárez Mendoza.

La historia de Fany no es distinta, al ser madre a los 19 años de un niño prematuro, que derivó en diversas complicaciones de salud, tuvo que abandonar incluso sus estudios de bachillerato y se dedicó a limpiar casas para sacar adelante a su hijo Christopher.

“Vendía yo unas manzanas con chamoy para poder solventar los gastos tanto de la escuela como de él y había una maestra que me ayudaba a cuidarlo. Pero en un punto se me hizo imposible los gastos, porque todo era muy caro y entonces decidí salirme de la escuela y meterme a trabajar”, relató Estefanía Alamilla, una madre autónoma.

Y Bedelía, también ha criado a su hija Valentina sin el apoyo de una pareja; debido a su trabajo se perdió muchos momentos importantes en la vida de Vale.

“Lo que fue su salida de sexto también no estuve presente, me la perdí, unas presentaciones de Ballet porque ella empezó a hacer ballet cuando tenía 4 años y teniendo ella presentación yo no podía ir, iban mis papás y cumpleaños de ella también me los perdí”, describió Bedelía Moreno.

Estas seis mujeres, al igual que todas las madres autónomas, merecen no sólo una felicitación este 10 de mayo, sino el respeto y admiración de la sociedad por ser jefas de familia y haber asumido, de forma independiente, el control de sus vidas, la gestión de su maternidad y la crianza de sus hijos.

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