El 6 de enero de 2015 algunos michoacanos saboreaban sus roscas de reyes, mientras otros recibían una lluvia de plomo de las fuerzas policiales en el Palacio municipal de Apatzingán Michoacán.
Un grupo de Autodefensas protestaban ese año contra los cuerpos policiales que pretendían desarmarlos para integrarlos a las filas oficiales; y pese a que algunos accedieron, otros se mostraron en contra e hicieron un plantón frente al Palacio de gobierno local.
Esa noche llegaron convoys de policías federales y soldados que se posaron frente a la manifestación. Ninguno de los protestantes estaba armado, los manifestantes se levantaban las playeras para mostrar que no cargaban pistolas, pero aun así la lluvia de plomo que salía de los cañones oficiales no paró hasta la madrugada.
Según investigaciones periodísticas, murieron al menos 16 personas durante la masacre y cientos fueron hospitalizadas.
Yo soy sobreviviente de la masacre en el Palacio municipal de Apatzingán. Mientras estábamos apostados contra el desarme de la comunidad, llegaron a rafaguearnos los del Ejército y los federales. Yo tengo seis impactos de bala en el cuerpo y perdí el ojo izquierdo por las esquirlas de una granada”, cuenta Alejandro un autodefensa retirado.
A él le llegó un aviso de los tiroteos y viajó en caravana con otras camionetas. Las balas comenzaron a pegar contra los automóviles y Alejandro salió a buscar donde refugiarse, se escondió entre ramas y basura para sobrevivir.
Más pobladores llegaron al palacio municipal con piedras y palos, pero fueron reprimidos a balazos. Los pobladores tuvieron que esperar hasta el amanecer para salir de en busca de ayuda y localizar a sus muertos.
Hasta la fecha, no hay ninguna persona detenida por los hechos, y tampoco ha habido una reparación integral a todas las víctimas de este crimen ya que hay “más de 60 familias desplazadas” por la violencia de los grupos paramilitares que operan en la zona.
Alejandro muestra las cicatrices de su cuerpo, algunas atraviesan de lado a lado su torso, el hombro está tiroteado y las piernas también lucen heridas graves. Explicó a Once Noticias cómo fueron llegando las balas a su cuerpo, cómo tuvo que esconderse toda la noche entre ramas y basura esperando que el amanecer lo dejara escapar del infierno que vivió esa noche.
Él, junto con otras 30 personas, esperan ser atendidos a la brevedad y ser sujetos a la reparación integral del daño. También anhelan regresar a sus casas de manera segura, ya que el territorio donde viven está tomado por grupos delincuenciales que les impiden el acceso a sus comunidades.
- El movimiento de autodefensas nació en febrero del 2013, encabezado por el doctor José Mireles, que peleaba contra los grupos de delincuencia organizada en el estado michoacano.
A finales de 2014, la Secretaría de Defensa Nacional y la Policía local comenzaron a integrar a las comunidades armadas a las policías oficiales, sin embargo, eso significó dejar las armas populares y tomar una placa y patrulla del Estado, lo que ocasionó la fractura de las autodefensas y destapó hechos violentos como la masacre de Apatzingán.