
Un reporte de nacimientos registrados en 2024 por la Secretaría de Salud (SSa) pone en alerta a autoridades y organizaciones civiles, ya que se registraron 30 nacimientos cuyas madres son niñas de entre 10 y 12 años.
Texcoco, en el Estado de México; Ocosingo, Chiapas, y Acapulco, Guerrero, encabezan la lista de municipios mexicanos con niñas de 10 años que se convierton en madres.
Pero eso no es todo, se muestran las diferencias de edades con los progenitores, por ejemplo, en Celaya, Guanajuato, y en Puebla, dos niñas tenían tan sólo 11 años cuando se convirtieron en madres y los progenitores apenas 13.
En El Oro, Estado de México, y Tlajomulco, en Jalisco, las niñas tenían 12 y los padres 65 y 50 años, respectivamente, es decir, las diferencias de edades son de 53 y 38 años.

Ante estos datos, Rafael Castelar Martínez, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), señala que es evidente que hay un delito, “lo importante que hay que reconocer es que hay un delito, sin duda”.
La REDIM ha documentado que, desde el año 2000, han disminuido los embarazos de niñas y adolescentes, sin embargo, los datos recientes revelan la persistencia del abuso sexual infantil, por lo que llama a que se siga la Ruta NAME.
“Es la ruta de atención a niñas y adolescentes embarazadas, lo que dice es que si hay una persona menor de 15 años que resulta embarazada, se tiene que iniciar un proceso de una carpeta de investigación”, explica Rafael Castelar.

El activista menciona que se tendrían que activar todos los protocolos para este tipo de abusos. En este caso la NOM 046, es decir, proceder a la interrupción legal del embarazo.
“Lamentablemente es que muchos de estos casos, muchas de estas niñas o adolescentes están en un contexto social y cultural que no les permite llegar a este tipo de protocolos”, señala Castelar Martínez.
Otros datos arrojan que hay casos cuya diferencia de edad entre los padres va hasta los 75 años. Este grave problema social y de salud devela la falta de acceso al aborto en municipios lejanos y a maternidades deseadas libres del disfraz de usos y costumbres.
Un pendiente para las mujeres mexicanas, donde solo 24 entidades han despenalizado el aborto.