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Sueño y lucha por el libre tránsito: los que se quedaron en México

Una nueva caravana migrante salió por la noche de Honduras con la intención de llegar a la frontera con los EUA. La población migrante pone su primera prueba al nuevo representante del Ejecutivo de aquel país.

 

Once Noticias habló con David Moncada, un migrante que tiene dos años viviendo en el país y llegó con la caravana del 2018. Moncada explicó su experiencia en el tema migratorio y el camino en caravana. 

 

Viajar en caravana te deja muchas cosas: conoces gente, viajas un poco más seguro, y eres consciente de tus derechos. Siempre se organizan en momentos como ahora, que [Joe] Biden entró como presidente, y la gente piensa que éste no va a ser como Trump. Pero el movimiento de la caravana es ir luchando por migrar, tienen la consigna del libre tránsito”.

 

Desde el 6 de enero, los rumores de una convocatoria para una caravana migrante se anunciaba en redes sociales. No decían quién convocaba, ni estaba muy claro de dónde saldría. Poco a poco el rumor tomó forma hasta juntar unas 600 personas que salieron el 13 de enero con rumbo a Agua Caliente. El Gobierno guatemalteco inició una campaña contra la caravana, en la que pedía el pasaporte o identificación más una prueba de antígenos negativa al Covid-19. El 11 de junio, los Gobiernos de Honduras, Guatemala, El Salvador y México se reunieron para una declaración regional en la que se remarcó “la necesidad de fortalecer el trabajo con los Estados Unidos con el propósito de reforzar los mecanismos ante la migración irregular y masiva”.

 

Para el día 15 de enero, los cuatro países han reforzado la fuerza militar en las rutas migratorias con 66 elementos de la policía migratoria y Fuerzas Armadas en la frontera mexicana. Mientras que, en Guatemala, policías antimotines y de migración detuvieron a 217 hondureños y 10 salvadoreños que intentaron cruzar al medio día.

 

Antes, la policía te dejaba pasar con la caravana porque veníamos en pie de lucha y decíamos pues démosle gancho. Venir organizados y migrando es una bendición que nos quitaron con los ejércitos. Antes no había eso del Tercer País Seguro. Si antes era difícil cruzar México, que es bien grande, imagínate cómo se va a poner Guatemala”. 

 

Explica que viajar en el tren “La Bestia” es duro; la tragedia mancha de rojo toda la ruta. Entre robos y un frio que llega hasta los huesos, a veces bajo las gotas de lluvia que pegan como piedras cuando el tren va rápido, los migrantes van siempre atentos a la migra o al ejército, pero de vez en cuando se asoma alguna bendición como un paisaje hermoso al atardecer o un viento tibio que recorre el lomo de acero.

 

David ha trabajado de todo, en la comida mexicana, en el campo, en el ganado, de restaurantero, de albañil o de cargador. Durante su trayecto pasó por el racismo de los mexicanos. Entendió que el migrante internacional, como el interno, sufren los mismos abusos, como la vez que no le pagaron sus dos semanas trabajo, cuando lo culparon de la pérdida de un aparato electrodoméstico imposible de transportar o las tantas veces que le han preguntado: “pinche migrante ¿qué vienes a hacer a mi país?”

 

No sé cómo decirle que también tengo derecho a pisar esta parte del mundo, que uno quiere migrar por un montón de razones. Recuerdo una frase famosa que decía ‘una sola raza: la humanidad entera, una sola patria: el mundo completo’. Pero a esa gente no le gusta que uno diga eso, y lo que hacemos es callarles la boca. Sin gritar, ni nada. Sólo con mi carisma, mi trabajo y la migración, así vamos callando a los racistas”, reflexionó David.

 

Hace un año encontró su vocación en la barbería. Fue Daniel, un joven de Huehuecalco, Estado de México, quien le enseñó los secretos de la navaja y la tijera que apasionaron al trabajador internacional. 

 

No sé por qué creen que somos una amenaza. Eso lo replica un montón la prensa, que también tiene un papel fundamental para la migración. ¿Cómo es que un periodista puede poner que 500 o 600 personas ponemos en riesgo a un país?”

 

Creo que la migración es un derecho que todos tenemos como seres humanos. A mi parecer, la migración nunca se va a terminar. Simplemente por la carencia de la gente, por la violencia y porque también es algo tradicional en los centroamericanos y en los mexicanos. Mejor que abran las fronteras. Así, con militares y migra, sólo nos obligan tratar con polleros del crimen organizado”, concluyó David Moncada.

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