En 2003, Vicente Fox presentó su plan de un Sistema Metropolitano de Aeropuertos que incluyó la construcción de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Aseguró que era un proyecto regional de gran visión y traería efectos multiplicadores en la producción y desarrollo del país.
Pero dos años después, en 2005, un informe de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) derribó la visión foxista; la construcción solo resolvería por siete años el problema de la saturación y no por 25 o 30 años.
Incluso ni los 50 años que se establecieron en el plan maestro.
Un segundo informe en 2006 fue aún más revelador, determinó que la empresa encargada de los estudios de mecánica de suelos no realizó todos los sondeos de exploración en las áreas que ocupa parte de la construcción que hoy presenta problemas.
Desde las entrañas de la Terminal 2, las autoridades hablaron a El Once de las afectaciones.
“Presenta una crítica hundimientos diferenciales, que, aunque no representan un riesgo inmediato deben de atenderse los más pronto posible”, dijo Carlos Velázquez, director general del AICM.
“La carga que soporta esta terminal diariamente, es muy grande y estos hundimientos de manera natural, el comportamiento natural de los edificios va a hacer que, con el tiempo, por el tipo de suelo donde estamos asentados, estos hundimientos de manera natural van a seguirse prolongando”, agregó.
La Terminal 2 se compone del edificio terminal, el dedo norte y el dedo sur, la posición 75, el patio terminal, edificio de servicios y el estacionamiento.
Raúl Guzmán, gerente de ingeniería del aeropuerto, explicó los hundimientos.
“Es una pila que esta hincada a 60 metros de profundidad, que forma parte de la cimentación del propio edificio, es una pila hincada con una cimentación y se desplanta el edificio. Justo vemos que esta parte de arriba es el nivel que anteriormente tenía el suelo, nos podría explicar por favor, el nivel original, era este, y entonces es lo que ha asentado el terreno propio, si se dan cuenta, la parte de adentro, tenemos esa parte donde el mismo terreno se ha asentado”, señaló el gerente de ingeniería civil del AICM.
Otra de las afectaciones que se presentan, se encuentra en el sistema de drenajes.
“Precisamente esta construcción, que es un drenaje emergente. El drenaje venia en esta posición si estamos viendo aquí, había una conexión, el mismo asentamiento lo ha dejado y entonces se tiene que hacer este drenaje emergente, todo este drenaje en toda esta linea venia el drenaje”, agregó Raúl Guzmán.
Este tipo de hundimientos a decir de Christina Sibe, investigadora del Instituto de Geología, se presentan por el tipo de suelo que lo componen.
“Estamos hablando de los suelos que se formaron a partir de sedimentos lacustres, depositados dentro de una cuenca cerrada rodeada de volcanes, y el sustrato o sea estos sedimentos lacustres está conformado por muchos minerales que al intemperizarse forman estructuras muy porosas, micro porosas que resultan ser muy sueltos y muchos poros entre las partículas que guardan agua”, puntualizó Christina Sibe.
La Terminal 2 padece la llamada emersión aparente.
“Da una impresión de que está emergiendo el edificio, en realidad no, el suelo es el que está bajando y el edificio sobre pilotes que llamamos de punta, que están apoyados en esta capa dura, tiende a emerger, eso es emersión aparente”, puntualizó Gabriel Auyinet, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
El ingeniero civil e investigador del instituto de ingeniería de la UNAM, Gabriel Auvinet, es parte del comité que realizó un diagnóstico a raíz de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador denunció la problemática.
Explicó a El Once parte del dictamen.
“Se llegó al dictamen que ya conocíamos, que a la T2 le pasa lo mismo que a la columna de la Independencia por tener una cimentación profunda, tiende a presentar una cierta emersión aparente que constituye un problema desde un punto de vista de la comodidad de los usuarios. Los hundimientos son del orden de 25 centímetros al año en el aeropuerto Benito Juárez, aunque es muy variable de un punto a otro, pero como promedio es 25 centímetros al año”, agregó el investigador.
Mañana mostraremos lo que El Once documentó: el daño generado por el sismo en uno de los contratrabes, la forma en que se le ha dado mantenimiento, además de la explicación sobre la construcción diferenciada que se dio en el sexenio de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Una construcción que a decir de la Auditoria Superior presentó irregularidades que ahora se reflejan en la Terminal 2, a la que el Presidente López Obrador decidió invertir 600 millones de pesos para su rehabilitación.
