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Torre de control AIFA es la segunda más alta del país y moderna de América Latina

Su cabina principal tiene vidrios inclinados en 18 grados para evitar reflejos

Es la imponente torre de control del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) , la segunda más alta del país y la más moderna de América Latina.

Su estructura alcanza casi los 89 metros y está localizada justo al centro del AIFA, para tener una vista panorámica privilegiada.

Su cabina principal tiene vidrios inclinados en 18 grados para evitar reflejos.

Y su diseño, sin duda, es lo más atractivo. El edificio de la torre representa el fuste o espada de los guerreros aztecas, un “Macuahuitl”, y la base es un escudo, el “Chimalli”.

Símbolos de nuestra esencia que hacen juego con la fortaleza de los cimientos de la estructura.

“La estructura ya como tal, lo que es el fuste, contiene 1 mil 600 toneladas de acero estructural. Este acero estructural está formado, revisado, a través de laboratorios. Asimismo, es muy importante destacar que esta estructura es atornillada y cada uno de los tornillos es probado en laboratorio. Tiene que cumplir con las características de presión y precisión necesarias, para poder estar en óptimas condiciones de operación. Eso es en la parte estructural”, dijo Diego Díaz Ávila, ingeniero constructor del AIFA

El Once y los medios públicos presenciamos la evolución de la torre. Estas son escenas de julio de 2021. Cuando se desmontaba la grúa que se encargó de colocar las mallas alámbricas de la fachada.

Se trabajaba en detalles de soldadura y bastidores de los controladores aéreos.

La cabina estaba vacía y este era el paisaje en esos días. Había frentes de construcción activos por todos lados.

La situación en la torre avanzó notablemente para enero de este año, cuando la estructura quedó prácticamente terminada.

Lo que estaba en desarrollo era el equipamiento de la cabina, que por cierto comenzó a funcionar desde los primeros días de este 2022 para realizar pruebas con vuelos de la base militar de Santa Lucía, contigua al AIFA.

“Ahorita que el F5 estaba volando, quién lo estaba controlando, nosotros desde esta instalación, le estamos dando información de vuelo con respecto a las demás aeronaves que estaban también en patrones de tránsito y sobrevolando las zonas, para que tenga una idea, aeronaves que van desde Atizapán hasta Pachuca o de México a Querétaro, que sobrevuelan y circunnavegan la zona de Santa Lucía”, señaló Octavio Carrera González de servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano.

La cabina está equipada con radioayudas o señales radioeléctricas que sirven para guiar a buen puerto a las aeronaves, y sistemas de comunicaciones para agilizar el tráfico aéreo.

En apego a las normas internacionales, a diez millas o más de 16 kilómetros a la redonda, sus controladores aéreos pueden visualizar y tener comunicación con los tripulantes de las aeronaves, para evitar riesgos de accidentes.

Respecto al AIFA se puede comentar otras virtudes, por ejemplo, que ha tenido beneficios en la región, principalmente en municipios del Estado de México.

La construcción ha significado más de 200 mil empleos directos.

“Le vino a dar mucha alegría al pueblo y como así al pueblo, a nosotros también porque se generó ingresos, trabajo a nosotros a los de esta zona porque la mera verdad el aeropuerto vino muy bien, como a nosotros nos gustaba, como a nosotros los trabajadores de aquí adentro como exterior”, dijo Ricardo Amador Cruz, trabajador de Mantenimiento.

“Ha beneficiado mucho por lo mismo del virus, de la contingencia, todo eso, nos benefició mucho, aparte de que nos queda muy cerca nos cayó bien. Soy de Tecámac, entonces sí me queda un poco cerca el trabajo”, Karla Aquino, apoyo de seguridad.

Para contar con un área de amortiguamiento en el AIFA, se realizó una compraventa de 566 predios a ejidos cercanos, en mil 400 hectáreas.

Una previsión estratégica pues evitará el error de la terminal de la Ciudad de México, que terminó devorada por la urbe.

“Y me gustaría recalcar que el 90% de la adquisición de esas mil 400 hectáreas ha sido compraventa directa, sin intermediarios, constituido, conformado a través de la Sedena. La Sedena es la que ha sido garante en la adquisición. Y un 10% se ha constituido como expropiaciones concertadas”, afirmó Román Meyer Falcón, secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano

Estamos en el ejido de San Miguel Xaltocan, en el municipio de Nextlalpan, en el Estado de México. Uno de los sitios donde se realizaron estas adquisiciones.

Aquí se hicieron 19 peticiones a la Sedatu; la mayoría de infraestructura y servicios.

“Entre el 2020 y 2021, porque empezamos en estos dos años, son 56 obras en diez municipios por un monto de mil 758 millones de pesos, y tenemos más de 15 mil acciones de vivienda, por parte de la Comisión Nacional de Vivienda, con un monto de 800 millones de pesos, esto quiere decir que hay una inversión por la secretaría, además del tema de la adquisición, que lo llevó a cabo la Secretaría de la Defensa, de 2 mil 500 millones de inversión en las inmediaciones del aeropuerto. Y la estimación que tenemos en la generación de empleos de forma directa es de más de 22 mil empleos. Vamos a asegurar que, pase lo que pase, que la calidad de la obra pública se mantenga”, agregó.

En Xaltocan se resolverá también un conflicto añejo de falta de títulos a favor de 722 ejidatarios. Sus pobladores confían en que el AIFA, una vez en operación, continuará con sus efectos positivos.

“Yo diría que muy amigablemente está funcionando. Y por qué lo digo, porque si en siglos no habíamos avanzado, creo que hemos avanzado bastante”, Juan Paredes Sánchez, representante de Bienes Nacionales, Xaltocan

La zona de amortiguamiento del AIFA se acompañó de un programa de desarrollo regional. Es decir, una evaluación para indicar a municipios cercanos cómo orientar el crecimiento urbano de forma sustentable.

“Y ese programa básicamente lo que sustenta es una visión a diez, veinte, treinta años a futuro de cuáles son las necesidades en materia de agua, la infraestructura, en términos de transporte, en temas de vivienda, en temas de equipamiento para que, a su vez, los gobiernos estatales y municipales lo tomen en consideración para sus propios programas de desarrollo urbano”, concluyó Meyer Falcón.

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