La industria estadounidense de las armas ha impactado en México. El tráfico ilícito nutre a la delincuencia organizada de nuestro país, al tiempo que produce armas que tienen características vinculadas a actividades criminales.
Saben que ese tipo de armas se han encontrado en México, en manos de personas que no deberían de tenerlas y en la mayoría de los casos, en los líderes de estos grupos que se dedican a actividades ilícitas”, expuso Alejandro Celorio, consultor jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Este tipo de prácticas comerciales son el motivo por el que el Gobierno de México demandó a las empresas armamentistas, ante una corte en Boston, Massachusetts, pues existe una gran facilidad para adquirirlas.
Pero en algunos casos producen, por ejemplo, piezas exclusivas como el modelo “jefe de jefes”; por ello, Alejandro Celorio, consultor jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores e integrante del equipo litigante, detalló a Once Noticias lo que se busca con este litigio.
La negligencia es la falta de cuidado, ¿qué tendrías que hacer si tú quieres seguir produciendo estas armas de edición especial?, pues ponle candados”, añadió Alejandro Celorio.
El funcionario explicó parte de la estrategia legal que pondrán en marcha en los meses próximos.
Podemos pedirle al juez que pida otra información; el juez le puede pedir al gobierno estadounidense información sobre la trazabilidad de sus armas y un arma que se encuentra en México puede ser rastreada a su origen, su distribución y su venta”, agregó el entrevistado.
Y es que se tiene detectado el tipo de armas que mayormente llegan a México, una de ellas -de las que más registro se tiene- es de máximo riesgo.
Actualmente son las Barrett, el calibre 50; por su poder de fuego y su precisión, estos son rifles de francotirador. Es un rifle de francotirador, con un alcance de casi dos kilómetros, ese rifle te tumba un helicóptero”, explicó el consultor jurídico de la SRE.
La facilidad de compra también se tiene identificada en las más de 10 mil tiendas que hay en la frontera entre México y Estados Unidos, además de la facilidad de adquisición mediante prestanombres.
A lo mejor un vendedor en Estados Unidos no sólo no tuvo la precaución en la venta del arma, sino que está coludido con el crimen organizado”, dijo Celorio.
También indicó que lo que se está pidiendo es una compra-venta regulada.
Así tendrían que ser todas las ventas de armas, donde el fabricante, distribuidor, el vendedor, sepan a quién se le está vendiendo y sepamos a dónde está esa arma”, manifestó.
El gobierno mexicano deberá demostrar los daños directos, como los homicidios dolosos y los indirectos como las pérdidas económicas en el turismo cuando se emiten alertas de viaje a México. Y su argumentación será con datos.
En Estados Unidos existía una ley que prohibía la venta de armas de asalto, el Assault Weapons Ban, también de principios del 2000, en cuanto se derogó esa ley, el incremento en el tráfico ilícito se fue para arriba”, sostuvo.
Lo que buscamos son cambios en sus políticas comerciales, que eviten que esas armas que ellos distribuyen, venden y manufacturan, sean introducidas de manera ilícita a México”, finalizó el entrevistado.