Natalia sobrevivió a la violencia obstétrica, pero su bebé no.
“Hace seis años perdí a una bebé por negligencia médica, y el hecho por el cual ella pierde la vida fue justamente por esta violencia obstétrica de la que fui víctima”, expresó.
Mujeres a punto de vivir uno de los momentos más importantes de su vida, son abandonadas, maltratadas e ignoradas por quien debería proveerles atención y cuidados.
“Me metieron la mano, como si fuera un animal, me sacaron la placenta y medio me cocieron y así me sacaron, me mandan al área de recuperación y ahí estuve hasta las diez de la mañana con la bata rota, llena de sangre, nunca fueron para limpiarme, mínimo ponerme algo en a las piernas para cubrir mi sangrado”, comentó Natalia, madre de familia.
Algunas mujeres, ni siquiera saben que eso es violencia obstétrica.
“Las personas sobrevivientes desconocen que eso que han sufrido ha sido violencia obstétrica, que justo es una parte fundamental hablar del tema, visibilizarlo es justo no normalizar estas acciones por parte del personal de salud que las atiende”, dijo Verónica Esparza, coordinadora del Área de Investigación del Grupo de Información y Reproducción Elegida (GIRE).
Los datos más recientes revelan que tres de cada diez mujeres en México fueron víctimas de violencia obstétrica perpetrada por personal de salud: el policía de la puerta, el primer enfermero, el médico tratante, los pasantes, el personal de archivo, el administrativo.
“Es el personal de salud, pero no es una persona, son los sistemas de salud que van a dar indicaciones y ordenar cómo debe ser el proceso de nacimiento y no permiten que la persona que vive este proceso lo decida”, expuso Claudio Quinzaños Fresnedo, jefe de Área de Atención Materna en Unidades Médicas de Alta Especialidad, IMSS.
Los focos rojos de violencia obstétrica a nivel nacional se encienden en el Estado de México, Ciudad de México y Tlaxcala.
Los gritos y regaños, la tardanza en la atención, la presión para aceptar algún método anticonceptivo y la omisión de información están entre las manifestaciones más comunes.
Sólo pocas alzan la voz y emiten su queja, como Natalia:
“Tenían que haberme dado un medicamento especial para no producir la leche, cosas que ahí no te explican, no te dicen; y yo no quise dejarlo pasar porque mi hija no se lo merecía, es algo que no se lo deseo a nadie, pero te das cuenta que pasa en instituciones públicas, en instituciones privadas en todos lados, y cuando esto sucede no hay una ayuda, no hay un apoyo, una orientación”.
¿Qué actos representan violencia obstétrica?
La violencia contra las mujeres es una violación a los derechos humanos reconocidos en instrumentos internaciones como la Convención Belém do Pará, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación en contra de la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés), y a nivel nacional en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, los cuales te protegen de cualquier tipo de violencia, tanto en el ámbito público como el privado, incluyendo la violencia obstétrica.
La violencia obstétrica se genera con el maltrato que sufre la mujer embarazada al ser juzgada, atemorizada, humillada o lastimada física y psicológicamente. Se presenta en los lugares que prestan servicios médicos y se da en todas las esferas de la sociedad.
Estos son algunos actos constitutivos de violencia obstétrica:
- Practicar el parto por cesárea, existiendo las condiciones para realizar un parto natural, sin el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer.
- Obligar a parir acostada y/o inmovilizada.
- Negar u obstaculizar la posibilidad de cargar y amamantar al bebé o la bebé inmediatamente al nacer.
- No atender oportuna y eficazmente las emergencias obstétricas.