Festivales de música electrónica, fiestas clandestinas, discotecas libres de tapabocas. Tulum y otros destinos del Caribe mexicano se han convertido en el paraíso de turistas para quienes el coronavirus es apenas una sombra.
Conocido por sus aguas color turquesa, el pequeño Tulum era frecuentado antes de la pandemia por viajeros que buscaban relajación y convivencia con la naturaleza.
Pero apunta a convertirse en uno de los mayores referentes de festivales de música electrónica en México, tercer país más golpeado por la epidemia con 196 mil muertos.
Este poblado de 46 mil habitantes es foco de críticas por sus laxas medidas sanitarias.
Los señalamientos crecen desde finales de 2020, cuando se realizaron encuentros de música y arte, en algunos casos con más de mil asistentes.
Pese a ello, la agenda sigue su curso.
En las dos últimas semanas se organizaron 21 fiestas privadas.
A diferencia de otros países, México no ha restringido el turismo y fue el tercero más visitado en 2020.
En destinos como Cancún, la vital industria hotelera incluso ofrece rebajas para pasar la cuarentena si los huéspedes resultan infectados.
Quintana Roo, estado donde se ubican Tulum, Cancún y la Riviera Maya, se encuentra en semáforo amarillo, segundo peldaño en una escala de riesgo de cuatro niveles en la que el cuarto representa la peor situación, tras un descenso en los contagios que se habían disparado en enero.
En el estado, donde se espera que lleguen cientos de visitantes en Semana Santa, continúan cerrados bares y discotecas y están prohibidos los eventos multitudinarios.
No obstante, fiestas masivas siguen realizándose de manera clandestina.
David Ortiz, presidente de la Asociación de Hoteles de Tulum, afirmó que esos eventos manchan la imagen del lugar.
Ya se firmó un acuerdo con el ayuntamiento y se presentará una iniciativa ciudadana al Congreso local para endurecer las sanciones a quienes incumplan las restricciones”, mencionó David Ortiz.
Sin embargo, la fiesta tampoco se ha detenido en Cancún, principal destino turístico del Caribe mexicano.
Bares y discotecas de la zona han encontrado la forma de abrir bajo el concepto de restaurant-bar.
Para Darío Flota, representante del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo, poner fin a las fiestas masivas es una verdadera batalla, a veces perdida.