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Violencias contra mujeres y niñas, un problema de salud pública en México 

Las violencias contra las mujeres y niñas son un problema de salud pública en México, ya que tienen consecuencias físicas y emocionales, que pueden llegar a ser mortales, informó la Secretaría de Salud. 

La dependencia recordó que, a través del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, todos los centros de salud del país deben dar atención especializada con perspectiva de género a mujeres y niñas, víctimas de alguna violencia. 

Además de brindar servicios de salud psicoemocional en el primer contacto y de manera gratuita. 

Las personas agredidas sexualmente deben recibir atención durante las primeras 72 horas después del ataque, con el objetivo de evitar infecciones de transmisión sexual, dar pastillas de anticoncepción de emergencia y así evitar algún embarazo no deseado. 

Así lo señala la Norma Oficial Mexicana 046, la cual es obligatoria para todas las instituciones del Sistema Nacional de Salud; así como para personal médico del sector público o privado. 

La secretaría señaló que en caso de no cumplirse con dicha norma, existen sanciones penales, civiles o administrativas contra los responsables. 

La evidencia científica muestra que los efectos y daños de los tipos de violencia que enfrentan niñas, adolescentes y mujeres en los diferentes ámbitos, impactan con frecuencia en las distintas esferas de la vida de las personas y en su comunidad, más allá de los daños a la salud. 

En México, datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) de 2021 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señalan que 70.1% de las mujeres entrevistadas de 15 años y más sufrió algún tipo de violencia alguna vez en la vida.  

Asimismo, en el último año de la encuesta, una de cada tres reportó haber enfrentado violencia psicológica y una de cada cinco sufrió violencia sexual. 

La encuesta refiere que 27.7% no solicitó apoyo o no denunció las agresiones físicas y/o sexuales de su pareja actual o de la última porque no lo consideró importante, y 22.2% no lo hizo por miedo a las consecuencias. 

 

 

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